
Sílvia Orriols prohíbe el uso del burkini en la piscina municipal de Ripoll
En un contexto de fuerte crecimiento municipal, Orriols y su partido vuelven a poner más presión sobre Junts
La alcaldesa de Ripoll y líder de Aliança Catalana, Sílvia Orriols, ha firmado una orden municipal que veta “por razones de seguridad” los bañadores integrales en la piscina pública de la localidad. Es decir, los burkinis. “Recomiendo al resto de ayuntamientos catalanes que hagan lo mismo. Esto ya pasa de la raya”, escribía la alcaldesa en su perfil de X.
El veto choca con la Ley 19/2020 de igualdad de trato y no discriminación, en vigor desde 2021. Esta ley obliga a los municipios a permitir tanto el ‘topless’ como el burkini siempre que la prenda sea de tejido apto para uso acuático. La Consejería de Igualdad recordó por carta a todos los consistorios, antes del verano de 2023, que prohibir estas prendas puede constituir discriminación sancionable con multas de hasta 500 000 €.
Antecedentes parlamentarios
Orriols ya intentó extender la prohibición a toda Cataluña, o por lo menos en poner el debate sobre la mesa. En mayo presentó una moción en el Parlament para incluir el burkini, el hiyab y el niqab entre los elementos “propios y discriminatorios” que deberían vetarse en todos los espacios públicos. La propuesta fue rechazada con el voto en contra de PSC, Junts, ERC, Comuns y CUP; Vox y PP se abstuvieron.

Ahora, la Dirección General de Igualdad estudiará de oficio el edicto de Ripoll y recuerda que la ley autonómica prevalece sobre cualquier ordenanza municipal. La Generalitat puede requerir la retirada de la norma y, si el consistorio se niega, imponer sanciones administrativas. Además, entidades de derechos civiles planean recurrir al Contencioso-Administrativo por “vulneración de libertad religiosa”.
La clave está en las elecciones municipales
Desde que conquistó la alcaldía en 2023, Orriols ha situado la inmigración y su islamofobia declarada en el centro de su agenda. Entre otras iniciativas, la prohibición del burkini refuerza el perfil identitario de Aliança Catalana. Y esto llega en un momento en que las encuestas la sitúan al alza, con hasta once escaños potenciales en el Parlament.
Por otra parte, esta presión ideológica desde el lado municipal pone en un aprieto a Junts, que por ahora va al compás de AC. De hecho, Puigdemont y su equipo tienen como prioridad estratégica recuperar influencia en localidades y municipios. Ahora bien, por el momento esto no se ha traducido en un endurecimiento claro del discurso, sino más bien en juego entre dos aguas que no termina de despegar.
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