Mujer de cabello oscuro con bufanda a cuadros y abrigo negro frente a un cartel amarillo con el logo y las letras "cup" desenfocados.
POLÍTICA

Sílvia Orriols ironiza con el 'cambio' de la CUP

La izquierda independentista ha estrenado nuevo logo para las próximas municipales

El procesismo y la izquierda radical en Cataluña se están viendo perjudicados por el auge de Aliança Catalana. La derecha independentista se está comiendo a Junts y está haciendo mella también en ERC y la CUP. Los anticapitalistas intentan frenar su declive con un cambio de imagen y de discurso, con la mirada puesta en las municipales de 2027.

Cubo amarillo con el logotipo negro de la CUP y una estrella en un escenario

La CUP ha estrenado un nuevo logo y ha culminado su giro pragmático en un encuentro este domingo en Capellades. No es el único cambio estético que vemos estos días. Hace poco, el Govern de la Generalitat anunció un cambio de nombre en la DGAIA para frenar el escándalo que salpicaba a ERC.

Dardo de Aliança Catalana

La líder de Aliança Catalana, Sílvia Orriols, ha ironizado sobre estos cambios a través de X. “La DGAIA cambia su nombre y la CUP el logotipo. Y aquí no ha pasado nada, tu…”.

La alcaldesa de Ripoll y diputada en el Parlament cuestiona con ironía el intento de cambiar la tendencia con operaciones de maquillaje. La CUP afronta graves problemas internos y de credibilidad que no solucionarán con un simple cambio de imagen. El propio acto de presentación fue un pinchazo de asistencia que evidenció la debilidad de la organización.

Tampoco parece que la nueva imagen corporativa acabe de enganchar. El nuevo logo ha recibido muchas críticas por prescindir del color rojo y por mimetizarse sospechosamente con el de ERC. Los cupaires han vuelto a recibir muchas críticas en las redes sociales.

No basta con un simple cambio de imagen

El último cambio de imagen radical en unas elecciones lo hizo Carles Puigdemont el año pasado, y no acabó de funcionar. Junts cambió el verde por el azul y su marca por la de Puigdemont. Quedaron segundos a siete diputados del PSC.

Los cupaires han intentando infundir optimismo en un espacio invadido desde hace meses por el derrotismo. El partido ha intentado ganar influencia a la desesperada pactando con el PSC, pero aún ha sido peor. Muchos lo han interpretado como una nueva rendición del procesismo y un signo de decadencia de la izquierda independentista.

Orriols ha puesto el dedo en la llaga al cuestionar los cambios estéticos como revulsivos de la situación actual. Mientras, Aliança Catalana avanza con paso firme hacia las municipales de 2027. Su objetivo es ampliar su ventaja en Ripoll y expandirse por el territorio.

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