Sigue la improvisación del Govern en materia educativa: nuevo volantazo de Anna Simó
La consellera da marcha atrás en su intención de suspender las pruebas orales de catalán
El fracaso escolar es uno de los problemas que acechan al Govern de Pere Aragonès y que muestran además su absoluta incompetencia. El Departament d’Educació que dirige Anna Simó ha dado un nuevo volantazo, esta vez con las pruebas orales de catalán. Después de las salvajes críticas por su intención de suspender la evaluación oral de catalán a los alumnos, la consellera ha dado marcha atrás.
El departamento ya dio marcha atrás con la atribución de los malos resultados del informe PISA a la “sobrerrepresentación” de los alumnos inmigrantes. “No hay excusas, tenemos un problema identificado y trabajaremos para resolverlo”, dijo la consellera. Luego dijo que no tomarían medidas urgentes, y acabó creando una comisión de expertos deprisa y corriendo para que así pareciera que hacían algo.
La gestión de la crisis educativa en Cataluña es el reflejo del funcionamiento del gobierno en Cataluña. El Govern de Pere Aragonès, en absoluta minoría (33 diputados de 135) se encuentra acechado por las crisis (educación, sequía, campo, inmigración, seguridad). El procedimiento es siempre el mismo, primero echar balones fuera, para después improvisar dando volantazos para justificar su incompetencia.
La enésima rectificación de Educació
Los resultados del informe PISA, que sitúa a los alumnos catalanes en la cola de España y de Europa, ha dejado al descubierto años de políticas educativas erráticas en Cataluña. La consellera cesó al Consejero Superior de Evaluación del Sistema Educativo, Carlos Vega. Una cortina de humo para acabar dando más poder a la Fundación Bofill, el lobby educativo responsable del fracaso escolar en Cataluña.
La primera decisión del nuevo presidente del consejo de evaluación, Joan Cuevas, fue suspender la evaluación oral de catalán en las pruebas de competencias básicas. Una decisión que desató las críticas al Govern, y que ha llevado a la consellera a la enésima rectificación. Simó se ha comprometido a revisar urgentemente los criterios de evaluación, y ha solicitado al consejo que mantenga las pruebas orales de catalán.
El departamento que dirige Simó intenta encontrar el equilibrio entre los “preocupantes” datos de conocimiento de la lengua catalana, y la saturación de los centros por la implantación por primera vez de las pruebas de evaluación fijadas por la ley española. Esta fue la motivación por la cual el consejo de evaluación decidió suspender temporalmente las pruebas orales de catalán. "Este será el curso con una evaluación más extensa de la lengua catalana", ha subrayado Educació.
Improvisación constante
Una vez más, el Departament d’Educació ha reaccionado movido por las críticas pese a la gravedad de la crisis que vive el sistema educativo catalán. Esto transmite la sensación de improvisación constante, sin un rumbo claro en un problema tan importante. Parece que el departamento va poniendo parches, con la intención de salvar su propia imagen.
La consellera se ha comprometido a mejorar el método de evaluación de las pruebas de 2025. Una promesa vacía más de un departamento que hace tiempo que ha agotado su crédito. Lo peor es que, como sucede con la sequía o la crisis del campo, los ciudadanos ya no esperan de este gobierno más que su dimisión.
En el fondo de la crisis educativa en Cataluña está el modelo apuntalado por la Fundació Bofill. Este think tank con una influencia decisiva en las políticas educativas en Cataluña defiende una educación por proyectos y competencia. Entre sus postulados, apuesta por un cambio de paradigma en el que los alumnos “vivan experiencias de aprendizaje empoderadoras que les permitan desarrollar su proyecto de vida”.
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