Personas caminando por una la Rambla de Barcelona
POLÍTICA

Siete años después del 17A: Cataluña, convertida en un centro de yihadismo en Europa

Cataluña es uno de los principales focos yihadistas en todo el continente: ¿Qué factores explican esta realidad?

Este sábado se cumplen siete años de los atentados terroristas del 17 de agosto de 2017 en Barcelona y Cambrils. Un grupo de yihadistas perpetraron varios ataques en la Rambla de la capital catalana y en la localidad de la Costa Dorada con un balance de 16 personas asesinadas y más de 150 heridos.

Este fue el último gran atentado yihadista que ha habido en España. Sin embargo, no el último como tal. Actualmente, la justicia está investigando como terrorismo yihadista el ataque de un hombre en un centro comercial de Badalona el pasado mes de abril, cuando entró con una hacha en el McDonald's y sembró el caos rompiendo cristales y amenazando a los clientes.

En Cataluña, igual que en todo el estado, está activado el nivel 4 de 5 de alerta antiterrorista. Es decir, Cataluña se encuentra en nivel de riesgo alto de que vuelva a suceder un ataque como el del 17A.

Tres Mossos d'Esquadra de espaldas, dos de ellos cogiendo a una joven que se hace la herida en el simulacro antiterrorista hecho en la estación de Sants

Y es que España, pero especialmente Cataluña, se ha convertido en uno de los principales focos de yihadismo en toda Europa. Algo que obliga a las autoridades a estar en alerta constante para minimizar esta amenaza latente en nuestra casa.

En lo que llevamos de 2024, en España se han producido 27 operaciones antiyihadistas. Y 11 de ellas se han llevado a cabo en Cataluña. Es decir, el 40% de las operaciones policiales contra el yihadismo que hay en todo el estado se suceden en territorio catalán.

De hecho, actualmente, la policía -en coordinación con el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado- está siguiendo a casi 300 personas que potencialmente pueden estar vinculadas al terrorismo yihadista. Concretamente son 282 y 40 de ellas son mujeres.

Plano medio de un presunto terrorista yihadista con el rostro cubierto por una capucha siendo detenido por la Guardia Civil y con las esposas puestas

Al mismo tiempo, los Mossos d'Esquadra informaron esta semana del balance de los planes de prevención de radicalización en los que trabaja la policía catalana. En el último año se detectaron hasta 189 casos de radicalización, la mayoría de ellos relacionados con el yihadismo.

Los mismos Mossos advierten que la amenaza que hay actualmente en Cataluña es alta. Y que, lo más probable, es que el autor o autores de un posible ataque yihadista sea protagonizado por "un autor individual o una red de base". Es decir, parecido a lo que ocurrió en agosto de 2017. "Personas que viven en Cataluña y que viven un proceso de radicalización y que utilizarían armas blancas o medios que tengan a su alcance", explicaba David Sánchez, intendente de la Comisaría General de Información de la policía catalana.

¿Por qué Cataluña es uno de los principales focos del yihadismo en Europa?

Los factores que provocan esta realidad no hay. Sin embargo, sí que hay factores que ayudan a entender esta tendencia. Por ejemplo, Cataluña es la comunidad de España que más inmigración recibe de países islámicos. Si a este dato se le suma la implementación del salafismo en nuestra casa, las cosas empiezan a tener más sentido.

El 80% de centros salafistas en España están en Cataluña. Y, de hecho, se calcula que en una de cada tres mezquitas que hay en territorio catalán se predica el salafismo, la branca más radical del islam. Sin embargo, hay más.

Estos datos también hacen se que se cuestionen las políticas de integración, que algunos -especialmente la izquierda- apuestan como única y mágica solución. Pero muchos de los radicalizados son hijos de inmigrantes, (e incluso algunos nacidos ya aquí). Son los llamados inmigrantes de segunda generación. Fue el caso, por ejemplo, de los terroristas de Ripoll que perpetraron los atentados del 17A de 2017.

Younes Abouyaaqoub (nació en Marruecos, pero llegó a Cataluña con cuatro años) y compañía iban a la escuela, hablaban perfectamente catalán e incluso tenían trabajo. Esto, pero, no impidió que abrazaran las posiciones más radicalizadas del islam y acabaran cometiendo el ataque de hace siete años.

De este modo, siete años después de los atentados que conmocionaron a toda Cataluña, el problema del yihadismo sigue vivo. Solo el trabajo policial y de los servicios de inteligencia ha conseguido evitar otros ataques como los de 2017, aunque esto no quiere decir que la amenaza no sea más latente que nunca. 

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