Carles Puigdemont hablando en un podio con micrófonos, sosteniendo papeles en la mano, fondo verde.
POLÍTICA

Semana decisiva en Junts: un favorito y una incógnita en un congreso con zozobra

Los órganos locales han presentado un centenar de enmiendas contra el nuevo sistema para elegir a la dirección

La guerra interna en ERC ha permitido a Junts salirse del foco y afrontar su congreso nacional, este fin de semana, con relativa tranquilidad. A diferencia de Esquerra, en el caso de Junts parece haber unanimidad en la elección de Carles Puigdemont como nuevo presidente del partido. Aunque esto no evita la incógnita de qué pasará con Laura Borràs, ni la zozobra en torno al nuevo sistema de elección de la dirección.

Una mujer de cabello oscuro y expresión seria en primer plano, con una imagen borrosa de un hombre sonriendo en el fondo.

Puigdemont llega al congreso sin rival y salvo sorpresa de última hora volverá a la presidencia a la que renunció en mayo de 2022, en favor de Laura Borràs. Pero el congreso servirá también para medir el respaldo de la militancia hacia Puigdemont, cuyos errores han llevado la organización a su peor momento. La intención es redefinir la correlación de las diferentes corrientes ideológicas que integran el partido, sino llegar a la ruptura.

Y esto lleva a plantearse cómo reubicar a Laura Borràs, actual presidenta del partido, dentro del nuevo organigrama. Otra cuestión en el aire es el nuevo sistema de elección propuesto por la actual cúpula del partido y rebatido por el grueso de las asambleas territoriales y sectoriales. El desenlace se conocerá este domingo 27 de octubre, al término de un congreso que se alargará durante tres días y que se hará en Calella.

Polémica por el sistema de elección

Carles Puigdemont inició hace unos meses un proceso de recentralización del partido para contrarrestar su declive. Esto tiene que ver con la propuesta de la actual cúpula de elegir a la nueva dirección con una lista cerrada donde no exista el voto de castigo. Hasta ahora se votaba uno a uno los miembros de la nueva dirección, pero la intención es cambiar los estatutos para que solo se pueda votar a la cúpula en bloque. 

Esto ha generado malestar entre la militancia y la presentación de un centenar de enmiendas que dejan la decisión en el aire a pocos días del congreso. Las territoriales están negociando con la dirección una solución, pero si las enmiendas prosperan se tendrá que votar por el viejo sistema, uno a uno. Esto restaría margen de maniobra a la dirección para imponer su lista cerrada, y arruinaría el plan de Puigdemont para jerarquizar el partido.

El propio Puigdemont ya demostró su afán centralizador cuando liquidó el órgano legislativo del Consell de la República para concentrar el poder en la ejecutiva presidida por él. El expresident entiende que Junts atraviesa un momento delicado y decisivo para sus aspiraciones a corto y medio plazo, lo cual exige concentrar el poder en unas pocas manos. De ahí la maniobra para intentar controlar al máximo el proceso de elección de la dirección, que implica limitar el poder de decisión de la militancia.

Un favorito y una incógnita

Si no hay sorpresas de última hora solo habrá una lista encabezada por Puigdemont, con la única duda de si será una lista cerrada o desbloqueada. Más allá de la presidencia, la lista encumbrará al círculo cercano a Puigdemont, con nombres como Jordi Turull, Josep Rius, Anna Erra, Míriam Nogueras y Mònica Sales. La incógnita es saber qué pasará con Laura Borràs, y como quedará el reequilibrio entre las corrientes ideológicas.

Jordi Turull rodeado de Laura Borràs y Carles Puigdemont

Borràs habría pedido tener un rango similar al de Jordi Turull, pero a su vez habría renunciado a presidir el consejo nacional de Junts. Esto deja pocas opciones, una de las cuales sería reubicarla en la presidencia de la nueva fundación que quiere impulsar Junts como una especie de ‘think tank’. También es de esperar que el congreso confirme el ascenso de Antonio Castellà, figura próxima al president y muy importante para relanzar al partido en el ámbito municipal.

En todo caso, Puigdemont tiene claro que ahora mismo no puede permitirse el lujo de perder al sector borrasista del partido, así que una de las máximas del congreso es garantizar la pluralidad ideológica. Esto, y visibilizar el apoyo unánime a Puigdemont para espantar las dudas sobre la existencia de un sector pragmático contrario a su liderazgo. Jerarquía orgánica y pluralismo ideológico son las consignas de Carles Puigdemont para esta nueva etapa que quiere abrir en el Congreso de Calella.

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