Salvador Illa ejecuta un vuelco en Acción Exterior: dos 'embajadores' fulminados
El gobierno del PSC mantiene las 21 delegaciones catalanas en el exterior, pero con otra orientación
El PSC ha tenido mucho cuidado en marcar una continuidad respecto al anterior gobierno de ERC para asegurarse el apoyo de los republicanos en esta legislatura. Lo ha hecho en algunas áreas ideológicas como Igualdad, Vivienda, Economía y Transición Ecológica. Pero en departamentos que considera claves como Interior o Acción Exterior, el gobierno de Salvador Illa ha marcado una clara disrupción.
Uno de los nombramientos que más sarpullidos provocó en el independentismo fue el de Jaume Duch como consejero de Unión Europea y Acción Exterior. Duch era director de Comunicación del Parlamento Europeo cuando Salvador Illa le propuso tomar las riendas de Acción Exterior. Su objetivo era volver a conectar Cataluña con Bruselas, y poner coto a los desmanes de los anteriores gobiernos en la acción exterior.
Una de las primeras estructuras en las que se fijó Duch fue la de las delegaciones catalanas en el exterior, conocidas también como 'embajadas'. Esta fue la gran apuesta del procesismo para internacionalizar el conflicto durante los años boyantes del Procés. En su proceso de "normalización" de Cataluña, Illa pretende ahora, a través de Jaume Duch, ir despolitizando estas 'embajadas' para aprovechar sus potencialidades sin tener necesariamente que desmantelarlas.
Fulminados dos embajadores del procés
Esto es lo que ha ocurrido esta semana, con la fulminación de los delegados en los Estados Unidos y los Balcanes. Se trata de Isidre Sala, que fue nombrado delegado en Estados Unidos y Canadá después de haber ostentado la dirección general de Afers Globals de la Generalitat. Y de Eric Hauck, que fue elegido delegado para los Balcanes en 2017 en pleno auge del Procés, destituido por el artículo 155 y restituido por el Govern de Quim Torra.
ERC estableció en el pacto de investidura con el PSC la obligación de mantener las 21 delegaciones catalanas en el exterior. Los socialistas ya anunciaron que no desmantelarán ninguna de estas delegaciones, pero ha iniciado un cambio de rumbo: las embajadas ya no servirán para promocionar la independencia de Cataluña en el exterior, sino para favorecer la promoción económica en el exterior con lealtad al Estado, la Constitución y el Estatut. En otras palabras, que dejen de ser embajadas para ser realmente delegaciones en el exterior.
Aunque el PSC ha prometido mantener las delegaciones, e incluso se propone ampliarlas, su cambio de orientación contradice el espíritu de los anteriores gobiernos. Pere Aragonès hizo de la acción exterior uno de los pilares de su gobierno, y solía vanagloriarse de ser "la nación sin estado con más presencia internacional". Pero las embajadas han estado siempre en el punto de mira, e incluso llegaron a estar bajo sospecha de la justicia española por malversación.
Más dinero para ONG
Si el cambio de sentido de las delegaciones catalanas en el exterior puede verse como un cambio, en otros aspectos el PSC mantiene el mismo espíritu de la política exterior del Govern Aragonès. Por ejemplo, la voluntad de mantener e incluso ampliar las subvenciones a las ONG en los presupuestos de 2025. Habrá que ver qué peso tendrán estos gastos en las próximas cuentas, teniendo en cuenta que Acción Exterior fue una de las partidas que más creció en los últimos presupuestos -de 65 a 77 millones entre 2022 y 2023.
El propio President de la Generalitat, Salvador Illa, ha defendido recientemente en el Parlament la necesidad de que Cataluña siga aportando a las oenegés y organizaciones de derechos humanos. Incluso cuando estas, como la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA), han sido objeto de polémica y criticadas por un partido como Aliança Catalana. Desde el inicio del conflicto el gobierno de Pere Aragonès destinó casi 2 millones de euros a ayudas para Palestina, y habrá que ver si se mantienen o incluso se amplían en los presupuestos de 2025.
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