Salvador Illa cambia el paso de la política catalana con su asistencia al 12-O
El presidente catalán afianza su política de 'normalización institucional' ante las críticas del independentismo
El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, asistirá a los actos del Día de la Hispanidad rompiendo la tradición independentista de los últimos catorce años. El último President que acudió a la cita fue José Montilla, mientras que sus sucesores -Artur Mas, Carles Puigdemont, Quim Torra y Pere Aragonès- se negaron a ir. El líder del PSC da un paso más en su estrategia de superación del Procés, y lo hace a un ritmo más acelerado del que muchos pensaban.
Una de sus primeras decisiones como presidente de los catalanes fue restituir la bandera española en sus audiencias oficiales en el Palau de la Generalitat. Acto seguido, rompiendo también con la tradición independentista, acudió a la Zarzuela para verse con el Rey como marca el protocolo tras la investidura. Después, en la Diada del 11-S, se convirtió en el primer presidente que se ausentaba en la manifestación independentista.
Todos estos gestos, que culminan hoy con su presencia en el Día de la Hispanidad, forma parte del “retorno a la normalidad institucional” que proclamó Illa en su discurso de investidura. En el debate de política general de esta semana ha vuelto a fijar el eje institucional como una de las prioridades de su gobierno. El PSC se ha marcado como objetivo restaurar el prestigio de las instituciones catalanas, maltrecho estos últimos años por el conflicto nacional azuzado por los gobiernos independentistas.
La 'normalización' del PSC
En esta línea, la consejera y portavoz del gobierno catalán Sílvia Paneque defendió ayer la asistencia del President a los actos del 12-O: “Quiere ocupar todas las sillas donde Cataluña tiene que estar presente, con el máximo respeto y colaboración con todas las instituciones”. El PSC pone el acento así en el sentido de responsabilidad institucional, que representa a todos los catalanes y no solo a una parte, pero al mismo tiempo también en la eficiencia del gobierno.
Además, Paneque dijo otra cosas que no es baladí y es que el respeto institucional no significa adhesión, desmarcando así la figura del presidente de los catalanes del vínculo emocional con el 12-O. Esto se enmarca en la estrategia del PSC de desplazar la política catalana del eje nacional al social. Algo que el independentismo tilda de "desnacionalización" de Cataluña, pero que los socialistas venden como una "normalización" que resituye la paz social tras años de conflicto.
La estrategia de Illa genera también desconfianza en el PP y Vox, que siguen identificando al PSC como un partido procesista más. Alejandro Fernández ha destacado por ejemplo la votación en el debate de política general de expulsar a la Policía Nacional del centro de Barcelona. “El separatismo vuelve a estar envalentonado por la política colaboracionista de Illa y el PSC”, ha tuiteado Ignacio Garriga.
Contra la conquista
El procesismo ha sido especialmente vehemente en las críticas a Salvador Illa, al que acusan de prestarse a un evento que “exaltan una colonización”. Así lo ha expresado Laura Borràs, que además ha llamado al Día de la Hispanidad “desfasado y anacrónico”. El independentismo pone más que nunca el acento en la exaltación de la conquista genocida del imperio español y el sentimiento de hispanidad de Salvador Illa.
En esto convergen con la izquierda radical española, que un año más calienta la cita hablando del genocidio hispano en América. Gerardo Pisarello, de Sumar, ha reclamado al rey Felipe VI y al presidente Pedro Sánchez que pidan perdón a México por la conquista. Pedro Sánchez volverá a ser protagonista en este Día de la Hispandidad por los más que probable abucheos que empiezan a ser una tradición.
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