Salvador Illa, el bombero
El primer secretario del PSC debe explicar a los suyos por que no fuerza elecciones catalanas
Salvador Illa es ya principal perjudicado de la nueva estrategia de Pedro Sánchez. El líder de los socialistas catalanes ve como se aleja la posibilidad de ser president de la Generalitat de Catalunya. Por un lado porque el PSOE no puede hacer caer a Pere Aragonès, mientras que la amnistía llevaría a Puigdemont de vuelta y dejaría un escenario incierto.
No olvidemos que con Salvador Illa al frente el PSC ya ganó las elecciones catalanas, las municipales y las generales. Por primera vez en años un partido no procesista suma tres contiendas consecutivas en primera posición. Y todas las encuestas refuerzan el papel central de Illa, que es ahora mismo el único capaz de poder llegar a 40 diputados al Parlament de Catalunya.
El problema para el exministro de Sanidad es que no puede hacer caer a Pere Aragonès, que se aguanta ahora mismo con tan solo 33 diputados de 135. No es que no quiera, es que Pedro Sánchez no se lo permite. Mientras el PSOE -y por extensión Sumar- necesiten a ERC, Illa no solo le tocará esperar, sino que tendrá que comerse los presupuestos y falcar al Govern. Solo hay una variable: que Carles Puigdemont vuelva, que quiera elecciones anticipadas y haya una pinza entre el PSC y Junts, algo que tampoco es imposible.
Salvador Illa, a apagar fuegos
El problema para el primer secretario del PSC es que se hace difícil explicar a los suyos que no puede forzar elecciones en Cataluña. Y no solo eso, sino que ahora deberán ver cómo Carles Puigdemont vuelve convertido en un aliado suyo y un hombre de estado. Y, claro, no es de extrañar que hay voces críticas dentro del PSC. Porque es evidente que ahora es el momento de hacer el salto a la Generalitat, con un procesismo cada vez más débil.
La vuelta de Carles Puigdemont abre un escenario incierto. El Partit dels Socialistes de Catalunya no podrá mostrar una oposición firme, ya que Junts es de facto socio de Pedro Sánchez. Y a Salvador Illa le está costando lo suyo hacer entender a los militantes del PSC que es lo que hay.
Pedro Sánchez tiene una estrategia tan arriscada, tan al límite, que va dejando cadáveres y cabos sin resolver. Sin el PSC no sería ahora mismo tan cerca de seguir en la Moncloa. Los socialistas sacaron en Cataluña 19 escaños por 6 del PP.
De momento, Sánchez ya ha sacrificado a Meritxell Batet, que no era del agrado de Junts. Salvador Illa dejó el Consejo de Ministros para reflotar los socialistas catalanes y sigue como fiel escudero de Sánchez. Pero los militantes del PSC empiezan a estar molestos. Illa va apagando fuegos, que de momento son pequeños, pero no podrá hacerlo durante mucho tiempo.
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