Salt, el polvorín islámico en Cataluña a punto de estallar
Ya han dejado libres a los dos presuntos yihadistas
Una charla en un bar de Salt (Gerona) permitió a los Mossos d’Esquadra detener a dos personas por tenencia y fabricación de armas y explosivos. El testigo de la conversación que denunció los hechos a la policía escuchó como juraban por “Allah”. Un detalle que la mayoría de medios catalanes han pasado por alto.
De hecho, la noticia ha quedado relegada a las crónicas de sucesos como un incidente más. El acontecimiento tiene lugar justo en el aniversario de los atentados del 17-A en Barcelona y Cambrils, sobre los que el procesismo sigue alimentando las teorías de la conspiración. Algo que contrasta con la complicidad y permisividad de las autoridades en Cataluña con el reto de la inmigración masiva.
Así ocurrieron los hechos
El testigo escuchó como uno de los sospechosos instruía al otro sobre cómo fabricar explosivos y armas caseras. Además de jurar varias veces por “Allah”, le animó a “seguir su camino”. La Policía Local del municipio identificó a los dos sospechosos y trasladó el caso a la unidad especializada de Mossos d’Esquadra.
Tras una investigación con pinchazos telefónicos y seguimientos incluidos, los Mossos procedieron a la entrada y registro en el domicilio. Requisaron dispositivos electrónicos, documentos y bolsas que podrían contener armas y explosivos.
Los sospechosos pasaron a disposición judicial, pero el juez de instrucción decretó su puesta en libertad con medidas cautelares. Tendrán que comparecer periódicamente en los juzgados, se les han retirado los pasaportes y no pueden salir del país. El caso ha puesto en evidencia la problemática de la progresiva islamización de Cataluña.
Salt, zona cero de la Cataluña islamizada
En Salt, uno de cada tres bebés que nacen son de padre extranjero, y un 60% de ellos de origen musulmán. Manlleu, Palafrugell, Vic, Castelló d’Empúries y Mollerussa vienen detrás, con cifras del 55%. Salt es también una de las ciudades con más inmigración, ya que una tercera parte de la población es extranjera.
Salt, un municipio a tres kilómetros de Girona con poco más de 32.000 habitantes, lleva años acumulando una inmigración descontrolada. El alcalde llegó incluso a proponer que ciudades con menos presión absorbieran parte de sus inmigrantes. Como suele suceder en estos casos, la avalancha migratoria coincide con la desigualdad social y la creación de guetos culturales impermeables.
Este es, según los expertos, el terreno mejor abonado para el crecimiento del yihadismo. Como sucedió en Ripoll, los yihadistas aprovechan el camuflaje del gueto para adoctrinar a jóvenes frustrados por la falta de expectativas. El resultado es un caldo de cultivo que no ha vuelto a estallar de milagro, esta vez en Salt.
Amenaza yihadista en Cataluña
España sigue en alerta 4 de amenaza terrorista, y los servicios de inteligencia trabajan sin descanso para abortar posibles atentados. La policía lleva tiempo advirtiéndolo: si hay un atentado yihadista en España, Cataluña tiene todos los números. Pese al silencio de los medios, continuamente se interceptan amenazas islamistas.
Sin ir más lejos, hace justo un mes la policía detuvo en Lérida a un marroquí que preparaba un atentado terrorista en Europa. También detuvieron a su pareja en Marruecos, por presunta pertenencia a Daesh. Ahora ha tenido lugar el caso de Salt, de nuevo con el islamismo radical como protagonista.
Cataluña es de largo la comunidad autónoma con más inmigración islámica en España. Además, alrededor del 80% de las mezquitas salafistas (corriente radical del islam) de España están en territorio catalán. Los políticos pueden seguir mirando hacia otro lado, pero el problema está aquí y está a punto de estallar.
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