Plano corto de Roger Torrent con rostro serio y mirando hacia un lado

POLÍTICA

Roger Torrent, la Fórmula 1 en Cataluña y lo que evita contarnos de Madrid

El político de ERC se muestra convencido de que la F1 seguirá en Montmeló más allá de 2026, pero evita explicar el cúmulo de malas decisiones y de dejadez que nos han llevado a este punto

El consejero de Empresa y presidente del Circuit de Montmeló, Roger Torrent, aseguraba este miércoles ser "muy optimista" por lo que hace referencia a la continuidad de la Fórmula 1 en Montmeló. Tras saberse que Madrid contará con el Gran Premio de España desde 2026 y por lo menos durante diez años, todas las miradas se centran en Cataluña. Lo más plausible es que solo haya una prueba de este tipo en el Estado. Sin embargo, la Generalitat asegura que hay motivos para creer que la Fórmula 1 no se irá de Montmeló. 

El problema es que Roger Torrent solo puede hablar de sensaciones, de una negociación sin ningún acuerdo y de voluntades. Parece que el Circuit, que es un consorcio donde la Generalitat lleva la voz cantante, se ha puesto las pilas en los últimos meses, pero llega tarde. Desde el pasado junio -hace tan solos seis meses- Oriol Sagrera es el nuevo CEO, algo que gusta a la nueva propiedad de la Fórmula 1, pero con eso no basta. Han pasado demasiadas cosas en los últimos años. Tantas, que han permitido a Madrid arrebatar el Gran Premio de España a Barcelona.

Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, en una imagen en el circuito del Jarama, en Madrid, vestida con un mono de F1

La política catalana da la espalda a la Fórmula 1

Lo dijimos hace unas semanas en e-Notícies: tanto ha ido el cántaro a la fuente contra la F1 en Montmeló, que se ha roto. Cuando Ada Colau llegó a la alcaldía de Barcelona ninguneó la Fórmula 1 diciendo que no era una prioridad. No solo eso, desde 2017 fue rebajando su aportación pública al Circuit, llegó a frenar inversiones y evitó dar apoyo en la presentación de grandes premios. 

En los años del Procés, la organización de la Fórmula 1 no encontró un interlocutor válido para ir ampliando el contrato que vinculaba la prueba con Montmeló. La inestabilidad política y el rechazo de Ada Colau enfriaron la relación y complicaron una renovación que se llevó a cabo en 2021 con el compromiso de hacer cambios importantes.

Liberty Media, la nueva propietaria de la Fórmula 1 desde 2016, ya avisó entonces que su producto iba a cambiar y también deberían hacerlo los circuitos. La voluntad es que la F1 se centre en la experiencia del público y es algo que, como cuenta Javier Rubio en El Confidencial, Madrid ha trabajado muy bien. No solo porque es un circuito urbano, también porque Madrid ha pensado en el transporte público, en lo que el espectador necesita para que tenga una experiencia completa y satisfactoria. Todo lo contrario de lo que está sucediendo en Montmeló los últimos años.

Plano corto de Roger Torrent i Pere Aragonès sonrientes durante una reunión sobre la cumbre de la sequía, en el Palau de la Generalitat, a 31 de marzo de 2023, en Barcelona

El ejemplo del transporte público

Un claro ejemplo es con el transporte público. Madrid prevé que el 90% puedan llegar en transporte público con una parada de metro en la puerta. En Montmeló, la R3 pasa al lado de la tribuna principal, pero no hay estación de metro porque la clase política -local y catalana- o bien no quiere o no lo ha considerado importante. Ahora mismo, uno debe andar unos 30 minutos si llega con Rodalies a Montmeló.

Pero hay más. También la gestión política del Circuit de Montmeló es cuestionada. El Director General es José Luis Santamaría, cargo próximo a ERC, vinculado a una empresa de construcción y con un escaso currículum para gestionar el Circuit. Fue director de una carrera, la OpenGT, pero nada comparable con lo que demanda Montmeló. 

Es lo que Roger Torrent no cuenta: una degradación política, una nula inversión en infraestructuras y una gestión por lo menos cuestionada. En 2022 anunció una inversión de 30 millones de euros, pero basados en la sostenibilidad ambiental y en poder organizar eventos que no tengan que ver con el motor.  Un gasto, pues, que nada tiene que ver con seducir a la Fórmula 1.

El Gran Premio de 2022 en Montmeló, un fracaso que puede ser decisivo

Tras la pandemia, la Fórmula 1 volvía con público al Circuit de Montmeló en 2022. El fracaso fue estrepitoso. Ese año se tuvo que ampliar el aforo y se colgó el cartel de sold out. El circuito colapsó, no solo en la carrera de domingo, también en los libres los días antes. Se hicieron colas kilométricas, no había puntos de agua ni sombras pese a la calor que hacía. No hubo coordinación con la policía, ni control en las tribunas, donde había más gente de la permitida. 

El caos enfadó, y con razón, a Liberty Media, que dijo basta y exigió al Circuit de Montmeló que se pusiera las pilas. Exigió varios cambios urgentes de cara al 2023 y algunos se consiguieron llevar a cabo, pero no todos. Llegar a Montmeló sigue siendo complicado, entrar continúa siendo algo lento y todo eso va en contra de priorizar al espectador. 

La Generalitat de Cataluña y Roger Torrent tendrán la voluntad de mantener la Fórmula 1 más allá de 2026, pero lo tienen difícil. Tienen una carta, quizás la única: el vínculo de Barcelona con este deporte, pero poca cosa más. No es que Madrid nos robe, es que la capital del Estado ha sabido entender que quiere la F1 y dárselo. Y con capital privado, sin tener que gastar 30 millones al año públicos.