Un hombre con camisa blanca y gorra negra habla frente a un micrófono en una manifestación, rodeado de personas que sostienen banderas y pancartas.
POLÍTICA

Risas por el último vídeo de la ANC con Lluís Llach de protagonista: 'vergüenza ajena'

El procesismo ha demostrado su declive en la manifestación antimonárquica de Lloret de Mar

El procesismo tiene cada vez menos salvavidas a los que agarrarse, pero uno de ellos sigue siendo la monarquía. Afectado por un grave problema de desmovilización, el movimiento independentista intenta reactivarse apelando a sus instintos más primarios como el odio furibundo a la Casa Real y los Borbones. En eso consistía el acto antimonárquico celebrado en Lloret de Mar, que ha dejado una de las imágenes más descriptivas del declive en el que vive instalado desde hace tiempo el Procés.

Como todos los años, la Familia Real se ha instalado unos días en Cataluña para participar en los Premios Princesa de Girona. Se ha convertido ya en una cita obligatoria para el separatismo, que intenta boicotear los premios con movilizaciones. La realidad es que su capacidad de movilización va decayendo todos los años un poco más.

Entre los participantes en la manifestación estaban dirigentes políticos de ERC, Junts y la CUP, además de entidades y líderes sociales. Entre ellos Lluís Llach, el nuevo presidente de la ANC, que ha protagonizado una de las imágenes más hilarantes que ha dado el procesismo decante en los últimos tiempos.

Ridículo espantoso de la ANC

La Assemblea Nacional Catalana (ANC) ha difundido un fragmento de la intervención de Lluís Llach en el transcurso de la manifestación. El nuevo presidente de la ANC aparece micrófono en mano dando un speech que parece sacado de algún monólogo, lejos de la categoría y la solemnidad que se le debería suponer a un líder social o político. De fondo se escuchan como le jalean los pocos fanatizados que aún quedan en la entidad.

Las reacciones no se han hecho esperar. La publicación de la ANC se ha llenado de mensajes burlándose de la caricatura en la que se ha convertido el procesismo y la Assemblea en particular.  

Los internautas hablan de “vergüenza ajena” y piden a la ANC que “dejen de hacer el ridículo y de avergonzar a los catalanes”. Alguien se pregunta “y con vosotros qué tenemos que hacer”, añadiendo que “toda esta pantomima es patética” y preguntando si “no veis que todo esto ya está caducado”.

Incluso los propios independentistas se ríen de la ANC de Lluís Llach: “qué vergüenza dais” dicen desde el Colectivo de Defensa de los Represaliados, y le preguntan si “los echarás tú de una maldita vez o cómo va el tema”. 

Otros comentarios más irónicos preguntan “dónde está la camiseta verde” y deslizan que “si no compras camisetas para toda la familia no eres buen catalán y mucho menos independentista”. Un mensaje apunta que "lo único para lo que servís es para hacer cuatro camisetas y ni así, dais más pena que vergüenza".

Instrumento de Puigdemont

La ANC no solo ha perdido prestigio y poder de movilización, sino que se ha convertido en un satélite más de la órbita de Carles Puigdemont. La elección como presidente de Lluís Llach ha confirmado el acercamiento de la ANC a Junts y su ruptura con el espacio de ERC. Por si quedaba alguna duda, Llach secundó inmediatamente la estrategia de Puigdemont de pedir el bloqueo de la investidura de Salvador Illa y la repetición electoral.

Un hombre con gorro negro y gafas verdes, con una multitud y banderas de fondo.

Mientras, la entidad sigue inmersa en un debate interno sobre el rumbo que debe tomar en la fase del post-procés. Tras el fiasco de la lista cívica muchos piden volver a las esencias de la ANC como pilar del independentismo cívico. Pero la manifestación de ayer demuestra que convertirse en una sucursal de Puigdemont contribuye aún más a la desmovilización y la pérdida de credibilidad de una entidad convertida en un meme.

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