
La reforma del IRPF que propone Vox: dos tramos y deducciones por hijo
La medida exigiría un recorte muy profundo del gasto improductivo para no tocar servicios esenciales
Vox ha recordado su propuesta estrella de reforma fiscal del IRPF, destacándose por su simplicidad y enfoque en la reducción de impuestos. Según explicaba recientemente Joan Garriga, la propuesta se centra en crear un sistema con dos tramos impositivos. Uno del 15% para aquellos que ganen hasta 70.000 euros al año, y otro del 25% para quienes superen esa cantidad. Además, aquellos que tengan ingresos inferiores a 22.000 euros quedarían exentos del impuesto.
Una de las características más destacadas de la propuesta de Vox es la inclusión de deducciones en el IRPF. Cada hijo a cargo en la unidad familiar permitiría una reducción de cuatro puntos en el porcentaje del impuesto a pagar. Por ejemplo, si una familia tiene cuatro hijos, podría beneficiarse de una rebaja sustancial en su tributación, llegando incluso a no pagar IRPF. De esta manera, Vox pretende incentivar la natalidad y aliviar la carga fiscal de las familias con hijos:
Ambición y consecuencias fiscales
Esta reforma provocaría una caída significativa en la recaudación del IRPF. Se estima que la reducción en la recaudación podría oscilar entre los 12.000 y los 18.000 millones de euros. Vox justifica esta disminución en los ingresos del Estado con la necesidad de reducir el gasto público, específicamente eliminando subvenciones y recortando gastos improductivos. Pero los detalles de este recorte aún no se han especificado con claridad.

Esto es lo que señalan algunos analistas fiscales: que aún falta concretar ciertos aspectos de la medida. Por ejemplo, Vox deberá precisar si los primeros 22.000 euros exentos de tributación deben considerarse de manera uniforme o si se aplicará una distribución progresiva del IRPF.
También se cuestiona si la deducción por hijo es la mejor forma de fomentar la natalidad, ya que algunos expertos sugieren que esta medida podría distorsionar el sistema tributario. En este sentido, cabe la posibilidad de que sea preferible un enfoque basado en subsidios directos a las familias.
Lo que es seguro es que el IRPF y la renta de hogares están desacoplados por lo menos desde hace diez años. Esto lo sufren principalmente las clases populares autóctonas, así como los jóvenes. Y uno de los efectos más preocupantes de esta situación es que ahoga la capacidad de ahorro de los más vulnerables.
Más noticias: