La reelección de Oriol Junqueras activa la cuenta atrás para aprobar los presupuestos
El PSC prepara ya la negociación de unas cuentas continuistas para cerrar cuanto antes un acuerdo
La reelección de Oriol Junqueras como presidente de ERC marca un claro punto de inflexión en la legislatura catalana. Ahora empieza una nueva etapa para el gobierno de Salvador Illa, que hasta ahora negociaba con una Esquerra descabezada. Los socialistas ponen el contador a cero y se disponen a iniciar las negociaciones para los presupuestos de 2025.
Estos últimos días, Oriol Junqueras y su entorno había subido el tono a la hora de marcar distancias con el PSC. Los socialistas lo entendieron como una parte más del atrezzo de campaña. Pero justo después de proclamarse vencedor, el propio Junqueras mandó un aviso a Moncloa.
«Ya no habrá nuevos acuerdos con quien no cumple los acuerdos establecidos. Eso quizás ha pasado en algún momento. Quizás ha pasado más de lo que hacía falta, pero eso ya no volverá a pasar porque esta es una nueva ERC».
Así se expresó el recién elegido presidente de ERC, que quiere marcar terreno desde el minuto cero. En Moncloa son conscientes de que ahora empieza una nueva partida, que vendrá marcada por la rivalidad entre Junqueras y Puigdemont. Pero a pesar de la zozobra que pueda causar, Pedro Sánchez y Salvador Illa tienen claro que Junqueras es el peor de los males.
La victoria de Nova Esquerra Nacional habría añadido un factor de incertidumbre nada conveniente para los socialistas. Además, habría dado alas a los sectores críticos que propugnan la ruptura con los socialistas y la reconstrucción de la unidad independentista. En cambio, Junqueras es alguien más previsible y eso allana el camino para lo más urgente, los presupuestos.
En el PSC se respira tranquilidad
Oriol Junqueras ha anunciado su intención de revisar cada seis meses los acuerdos con el PSOE. Pero en la sede del PSC se respira una relativa tranquilidad. Entienden que el compromiso sigue intacto y que sería imprudente arruinarlo todo de buenas a primeras.
En primer lugar están los intereses compartidos, tanto en el Congreso de los Diputados como en el ayuntamiento de Barcelona. En segundo lugar la estabilidad de la política catalana. Y hay que recordar que los socialistas dieron sobradas muestras de lealtad sosteniendo contra viento y marea al gobierno de Pere Aragonès.
En tercer lugar, la rivalidad entre ERC y Junts impide que los republicanos opten por una ruptura que daría oxígeno a Carles Puigdemont. Finalmente, los socialistas presentarán unas cuentas continuistas con el gobierno anterior. Y ERC siempre sostuvo que la de Pere Aragonès era una obra acabada, que ahora pueden culminar de la mano de Illa.
Que no cunda el pánico
Por lo tanto, la reelección de Oriol Junqueras activa la cuenta atrás para la aprobación de los presupuestos previa negociación. En el PSC se marcan como límite el mes de enero. Será un paso clave para la estabilización del gobierno y la fidelización de los socios eventuales de Illa.
Asegurados los presupuestos en Cataluña, la pelota pasa ahora al tejado del PSOE. En Moncloa es donde lo tienen más difícil. Pedro Sánchez tiene que hacer auténticos malabares -y muchas concesiones- para contentar a unos y a otros.
En cuanto a ERC, Sánchez prepara ya la condonación de la deuda de 15.000 millones del Fondo Autonómico de Liquidación (FLA) para Cataluña. Y la acreditación con pruebas de que la financiación singular sigue adelante con los plazos estipulados. Todo para contentar a un Junqueras, que advierte que las relaciones con el PSOE y el PSC van a cambiar.
Pero que no cunda el pánico, piensan en Moncloa, porque a Junqueras no le interesa ni un gobierno PP-Vox ni activar un nuevo Procés. Ahora es el tiempo de la negociación y los socialistas en eso se manejan como pocos. El PSC está dispuesto a ayudar a ERC en su batalla particular con Junts, pero a cambio tienen que ser la llave de la estabilidad.
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