La Fundació Bofill no se baja del barco del pedagogismo
Por ahora, las élites educativas no han asumido el debate sobre un replanteamiento profundo del modelo
El fracaso educativo en Cataluña no ha supuesto un replanteamiento profundo del modelo educativo e ideológico que ha llevado a este fracaso. Por el contrario, los responsables de esta situación se repliegan todavía más en sus posturas. La Fundación Bofill es el ejemplo más claro.
Señalada por ser uno de los lobbies con más incidencia en el fracaso educativo catalán, la Bofill no se ha apuntado a un debate de fondo. De hecho, en su último anuario dicen de manera implícita que el problema se reduce a la financiación. Como es sabido, este es uno de los recursos más socorridos para soslayar debates más complejos y peliagudos.
Y a pesar del fracaso en PISA, en competencias en catalán o en matemáticas, desde la Bofill ponen como medida más importante un nuevo sistema de financiación para los centros. Es decir, que hace falta dinero para que el actual sistema sí consiga funcionar. No sería, pues, nada estructural, sino más bien circunscrito a una necesidad de adaptarse mejor a la realidad social.
Pero ante el hecho de que la educación catalana ya ha visto mejorados sus recursos durante los últimos años, la Bofill ahora matiza y dice que hace falta que se repartan con una “fórmula de equidad”. Más concretamente, que “el centro reciba recursos en función de las realidades sociales y educativas de su alumnado y entorno”. Sin embargo, para aplicar todo esto antes sería necesario hace una “prueba piloto”, dicen desde la Fundación.
La Bofill pasa la factura
A partir de aquí, la Bofill plantea más medidas, y que, en última instancia, se reducen a más financiación.
Piden 3.200 maestros para primaria, 2.400 para secundaria, una prestación universal por hijo, universalización del comedor escolar, aumento de las plazas en Infantil 1 e Infantil 2, ampliación de las aulas de acogida con 600 tutores más, gratuidad de las extraescolares, una reserva del 20% para “actuaciones de mejora de las oportunidades educativas en entornos vulnerables” y la presencia de 5 profesionales de atención social en centros educativos con alumnos vulnerables.
Esta misma semana, el jefe de proyectos de la Fundación, Miquel Àngel Alegre, se expresaba en estos mismos términos en TV3. “Claramente, se ve una relación muy fuerte entre cómo caen los resultados y cómo crecen las desigualdades educativas y cómo se hace más compleja la realidad del alumnado”, dijo Alegre. Por lo demás, se mostró "escéptico" ante la influencia de la metodología en el fracaso educativo:
Es decir, que por parte de las élites - en este caso, educativas - no se espera por el momento un replanteamiento profundo del modelo. Por el contrario, todo apunta a una cronificación de los actuales problemas a través de la clásica dinámica de reclamo de mayores recursos públicos.
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