Imagen del hemiciclo del Parlament de Catalunya vacío fotografiado desde el puesto de la presidencia de la Mesa
POLÍTICA

¿Quién presidirá la Mesa del Parlament? Así están las cosas a 3 días de la votación

La segunda máxima autoridad política catalana se decidirá el lunes por la tarde y todos los escenarios están abiertos

El lunes a partir de las 16.00 horas viviremos la primera jornada clave de la nueva legislatura en Cataluña. Los diputados en el Parlament votarán la presidencia de la Mesa y, por lo tanto, se decidirá quién ocupa la segunda máxima autoridad política catalana. A tres dias de la votación, todo sigue en el aire y, seguramente, hasta el mismo lunes no se conocerán los acuerdos entre los partidos, que llevan semanas negociando.

El presidente del Parlament es quien propone qué candidato debe someterse primero a la investidura. Por lo tanto, lo que pase el lunes marcará los pasos de las próximas semanas en la política catalana.

Primer plano de Anna Erra

Junts quiere que la Mesa tenga mayoría procesista para que sea Carles Puigdemont el que afronte primero esta investidura. Y el PSC reclama que el puesto le corresponde por ser la fuerza más votada. Entre ellos, una ERC que puede acabar decantando la balanza e incluso quedarse con el puesto como contrapartida para dar sus votos a un bando o al otro.

Por el momento, los aspirantes que han sonado para ser presidente del Parlament son Ramon Espadaler (PSC), Joan Ignasi Elena (ERC) y la actual presidenta, Anna Erra (Junts), según publicó ayer El País. 

Para entender qué puede pasar, hay que tener en cuenta un elemento clave: si, finalmente, Carles Puigdemont y Lluís Puig podrán votar telemáticamente. En la anterior legislatura, la Mesa lo permitió, pero el pasado miércoles el Constitucional anuló esta medida. Por lo tanto, las mayorías pueden variar en función de si Mesa de Edad (formada por mayoría procesista) decide seguir con la desobediencia y permitir sus votos telemáticos o hace caso al TC. De momento, ERC ya ha dicho que permitirá que voten y Junts, al ser el afectado principial, en principio también lo hará.

Montaje de Puigdemont y Salvador Illa con el proyecto de Hard Rock de fondo

Hay que tener en cuenta, también, que en caso de empate, se quedaría con la presidencia del Parlament el candidato del partido que hubiera obtenido más diputados el pasado 12 de mayo. 

Estos son los posibles pactos que puede haber para presidir la Mesa del Parlament:

¿Qué pasa si cada partido vota a su candidato?

En el caso de que colapsen todas las negociaciones y cada partido vote a su propio candidato, será  el PSC quien presida la institución. Aunque es un escenario improbable, sería el fiel reflejo de lo que votaron los catalanes el 12 de mayo. Y los siete puestos en la Mesa quedarían repartidos de la siguiente manera: tres diputados socialistas (uno de ellos presidiría la Mesa), dos de Junts, uno de ERC y uno del PP.

Mesa ‘tripartito progresista’

Igual que lo que pueda pasar con la investidura, el 'tripartito progresista' es la mayoría más sólida que hay actualmente en el Parlament. Si el PSC, ERC y Comuns pactan la presidencia de la Mesa sumarían 68 votos y no habría alternativa posible. En este escenario, la cámara catalana sería presidida por un diputado del PSC o por uno de Esquerra (en el caso que fuera una contrapartida a pagar por parte de los socialistas a los republicanos).

La llamada ‘Mesa antirrepresiva’

Lo que el procesismo llama ‘Mesa antirrepresiva’ es la formada por aquellas formaciones partidarias de, por ejemplo, permitir las votaciones telemáticas de los fugados o poder debatir en el Parlament cuestiones que los tribunales hayan considerado ilegales. Sería un acuerdo formado por Junts, ERC, los Comuns y la CUP y, previsiblemente, la presidencia recaería en un representante de Esquerra. 

Laia Estrada hablando ante la prensa en el Parlament de Catalunya

Con este pacto, sumarían 65 votos e incluso se podrían permitir no contar con los votos telemáticos de Puigdemont y Puig. Y es que el PSC, tras no convencer a ERC y los Comuns, apenas tendría alternativas para superarlo. Solo podría con un acuerdo casi imposible con el PP y Vox, sumando así 68 votos. 

Sin embargo, este posible pacto se puede dar por descartado por dos factores. Uno, porque el partido de Ignacio Garriga no tiene previsto llegar a acuerdos con la formación de Salvador Illa. Y dos, porque el PSC tampoco quiere pactar con ellos. De hecho, difícilmente Vox y Aliança Catalana entrarán en las ecuaciones de pactos por la Mesa por el cordón sanitario del resto de formaciones a estos dos partidos.

Mesa procesista o pacto PSC + Comuns + PP

El último escenario es parecido al de la ‘Mesa represiva’, pero sin los Comuns en la ecuación. Junts, ERC y la CUP sumarían 59 votos y  sería Esquerra quién se quedará con la presidencia del Parlament. 

Ante este acuerdo, el PSC se vería obligado a pactar con el PP y con los Comuns para obtener 63 votos y desbancar así el entendimiento procesista. En este pacto entre los partidos de Illa, Alejandro Fernández y Jéssica Albiach, sería un socialista quién presidiera la Mesa. Y, seguramente, los Comuns obtendrían un puesto en este órgano (a pesar de que no les ‘tocaría’ por los resultados del 12-M).

Plano medio de Salvador Illa en un mitin del PSC rodeado de banderas rojas del partido, sonriendo y levantando su dedo pulgar en señal de victoria

Sin embargo, este escenario sí que puede variar ligeramente si finalmente Puigdemont y Lluís Puig no pueden votar telemáticamente. Sin estos dos diputados, el pacto procesista sumaría 57 votos y al PSC solamente necesitaría pactar con el PP para obtener 57 votos. Al empatar, los socialistas se quedarían con la presidencia del Parlament. 

Eso sí, también es improbable este pacto solo entre el PSC y el PP en el caso de que ERC, Junts y la CUP lleguen a un acuerdo. Y es que, con lo ajustadas que se prevén las votaciones y que sus seis diputados pueden ser claves, difícilmente los Comuns se quedarán en tierra de nadie. Saben que sus votos pueden ser claves y no renunciarán a apoyar a alguna de las opciones, ya que significaría también renunciar a posibles contrapartidas como, por ejemplo, tener uno de sus diputados en la Mesa.

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