Quién es Morad, el idolo de la izquierda inmigracionista que ha entrado en prisión
Figuras como Jordi Évole y Najat Driouech, y medios como Ara y El Periódico, han blanqueado la imagen del delincuente
El rapero Morad, ejemplo de integración para la izquierda inmigracionista catalana, ingresó anoche en el centro penitenciario de Brians 2 para cumplir una condena de seis meses por conducir sin carnet. Morad es un ídolo de masas con miles de seguidores detrás, sobre todo adolescentes. Recientemente, la prensa catalana le bautizó junto a Lamine Yamal como “los otros catalanes”, resaltando sus orígenes humildes y capacidad de superación.
Aunque es la primera vez que entra en la cárcel, el rapero ya ha dormido varias veces en el calabozo y es un viejo conocido de la policía. Pese a ser el referente de la izquierda, Morad convirtió el barrio de La Florida en L’Hospitalet de Llobregat en su coto privado e impuso la ley de la delincuencia. Aseguran que tenía a los vecinos atemorizados, y disfrutaba de cierta impunidad porque incluso la policía temía entrar en su terreno.
El historial delictivo del referente de la izquierda
Morad el Khattouti el Hormi, hijo de marroquíes, nació y creció en el barrio de La Florida de L’Hospitalet de Llobregat. Acumula un historial de delincuencia con robos, agresiones, peleas con armas y enfrentamientos con la policía. Sin ir más lejos, fue detenido por incitar a quemar coches y contenedores en su barrio y por incumplir las restricciones durante la pandemia.
El pasado mes de febrero aceptó una pena de dos años por los incidentes ocurridos durante la grabación de un videoclip en su barrio, hace tres años. Atacó a agentes de la Guardia Urbana y fue acusado de incitación a desórdenes públicos y atentado con uso de instrumento peligroso. La fiscalía pidió para él siete años de cárcel, pero un acuerdo rebajó la pena a seis meses por atentado contra agentes de la autoridad y se ahorró seis meses de cárcel.
el Morad contra la policía bloques de Florida
Una sentencia ejemplar fue la que en octubre de 2022 prohibió de manera cautelar que Morad pisara el barrio de La Florida. Entre otros delitos, fue acusado de dar dinero a los jóvenes del barrio para provocar altercados. Pese a ser un ídolo para la juventud y un modelo para la izquierda, los vecinos de este barrio humilde y trabajador celebraron aquella sentencia que les libraba por un tiempo del principal causante de sus problemas de incivismo y convivencia.
Un blanqueamiento imperdonable
Medios de la izquierda catalana y española llevan tiempo blanqueando a este sujeto, pese haber convertido un barrio trabajador en un infierno. Como Jordi Évole, cuya entrevista al rapero se convirtió en una burda romantización de la marginalidad y una justificación de la delincuencia con lugares comunes como la pobreza y el racismo. Los propios vecinos de La Florida reaccionaron indignados a aquella entrevista, recordando que en el barrio hay muchos inmigrantes y gente humilde que sale adelante de forma honrada, y que ni el racismo ni la miseria justifican la delincuencia.
En Cataluña, medios como el diari Ara y El Periódico han puesto su granito de arena en el proceso de canonización de Morad. Aún colean titulares como “Más Morad y menos Orriols”, en referencia a la alcaldesa de Ripoll a la que tachan como “extrema derecha”. Políticos de la izquierda como Najat Driouech han ayudado a difundir esta idealización de la delincuencia, perjudicando así a los inmigrantes y la gente humilde que sí se esfuerza por salir adelante y que se ven perjudicados por delincuentes como Morad.
Lo peor de todo es que sus canciones, con letras provocativas contra el orden y contra la policía, son fuente de inspiración y modelo para miles de jóvenes y adolescentes de los barrios humildes y trabajadores. El rapero entra ahora en la cárcel, pero su estancia será breve y pronto volverá a salir a la calle. Veremos si sale reformado o vuelve a las andadas, y si su entrada en la cárcel sirve para que la izquierda revise sus referentes y sus modelos de integración.
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