Primer plano de Carles Castillo de ERC
POLÍTICA

Quién es Carles Castillo: de joven promesa del PSC a su sorprendente salto a ERC

Castillo fichó por los republicanos en 2020, tras romper el carné socialista y haber visitado a Junqueras en prisión

El número 4 de ERC en su candidatura por Tarragona en las elecciones del próximo domingo es Carles Castillo. Aunque su nombre pueda sonar desconocido para la mayoría de la ciudadanía, a sus 48 años acumula ya una extensa trayectoria política, ocupando cargos de relevancia sobre todo en su ciudad natal, Tarragona. Castillo fue durante años la gran promesa de futuro del PSC en Tarragona… hasta que optó por desviar su camino a filas republicanas.

Licenciado en Derecho por la Universitat Autònoma de Barcelona, Castillo, especializado en derecho urbanístico y de empresa, es socio de un despacho de abogados desde 2005, cuando tenía 30 años. Pero más allá de su carrera profesional, su andadura política había empezado de joven, implicándose en un sindicato estudiantil en el instituto y más tarde en la universidad.

En 1998, con 23 años, ya estaba implicado en organizaciones juveniles socialistas y empezó a hacer carrera en el PSC, partido del cual fue militante durante dos décadas. Ocupó varios puestos de mando interno —en las juventudes y en el propio partido— antes de dar el salto a la política institucional.

Carles Castillo, la ‘joven promesa’ del PSC en Tarragona

Castillo tenía 28 años cuando, en 2003, fue elegido concejal socialista en el Ayuntamiento de Tarragona. Tras curtirse durante cuatro años en la oposición, Castillo accedió al gobierno municipal con la victoria electoral del PSC en 2007, de la mano del alcalde Josep Fèlix Ballesteros. Territorio, movilidad y seguridad ciudadana fueron tres de las áreas destacadas que ostentó Castillo en sus ocho años —hasta 2015— en el gobierno tarraconense.

Castillo era uno de los miembros del ejecutivo local con más proyección mediática. Pese a algunas polémicas inherentes a su gestión y a algunas posiciones díscolas y cercanas a postulados más izquierdistas de los que defendía el PSC, su perfil era visto como un más que posible relevo al alcalde Ballesteros. Castillo fue, sin duda, el delfín del alcalde tarraconense como mínimo durante la primera parte de sus doce años en la alcaldía.

Carles Castillo en el parlamento de Cataluña

En 2015, Ballesteros no contó con él para su candidatura, lo que le apartó del último tramo de su mandato, el que acarreó más desgaste al entonces alcalde de Tarragona. Castillo dio el salto al Parlament y fue el cabeza de lista del PSC en Tarragona en 2015. Fue la etapa en la que Carles Castillo se visibilizó con más claridad al lado de la línea oficialista del PSC, liderado entonces por Miquel Iceta.

Siendo diputado, pisó territorio y a la vez trabajaba, discretamente, para poder suceder a Ballesteros en 2019. En pleno auge del ‘procés’ se mantuvo en el Parlament y en 2017 pasó a ser el número 2 del PSC en Tarragona, relegado por el partido, en un primer síntoma de unas relaciones que acabarían deteriorándose. Pero Castillo se mantuvo fiel a su formación un tiempo más.

Tanto, que en 2019 manifestó opiniones que ahora, visto su salto a ERC, resultan sorprendentes. Por ejemplo, cuando negó que los políticos encarcelados por el ‘procés’ fueran “presos políticos”, etiqueta que siempre usó el independentismo en general y su actual partido. Siendo ya diputado de ERC, afirmó que votaría ‘no’ en un hipotético referéndum de independencia, palabras que suscitaron un considerable revuelo. 

El alejamiento del PSC por parte de Carles Castillo

El hecho de ir de número 2 del PSC en 2017, cuando la militancia le había apoyado para ser cabeza de lista, fue una primera estocada para Castillo. Entonces habló sin tapujos y se consideró “impotente y enfadado” por la decisión de “los despachos”. El distanciamiento fue a más cuando creó y lideró la corriente interna ‘Juliol del 78’, en 2018, reivindicando un PSC más catalanista y más de izquierdas.

En 2019, trascendieron sus visitas a algunos de los presos de ERC, como Oriol Junqueras o Carme Forcadell. Fue el primer socialista en hacerlo y ello incomodó a la dirección del partido, que veía a Castillo como un verso libre. En paralelo, Castillo fortaleció sus vínculos con ERC, tanto con las visitas a Junqueras y Forcadell como con su sintonía con Raquel Sans, también parlamentaria y actual líder y candidata del partido en Tarragona.

Tras esta etapa de desgaste en su relación con el PSC, todo estalló en 2020. Fue en septiembre de ese año cuando anunció a través de una carta que rompía el carné socialista. Castillo, la joven promesa del PSC, cortaba para siempre la relación que le unía a su partido de toda la vida.

Pere Aragonés en un acto de campaña en Terrassa

La nueva vida política de Carles Castillo: diputado por ERC

Pocas semanas más tarde, se oficializó el fichaje de Carles Castillo por ERC: iría de 4 en las elecciones al Parlament de 2021, posición que volverá a ocupar este domingo. Como diputado republicano, Castillo está bien posicionado en la órbita de Pere Aragonès y no ha dudado en atacar cuando ha convenido a su antigua formación, el PSC.

Pese a no compartir algunos de los postulados de ERC en el ámbito nacional y a tener contactos con los Comuns, Castillo optó por dar el salto a la formación republicana. Si los resultados del próximo domingo no son un descalabro inesperado, Castillo repetirá una legislatura más en el Parlament, quizá haciendo oposición a su antiguo partido o quizá —quien sabe— compartiendo Govern con los socialistas.

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