Qué es y cómo funciona la cuestión de confianza que Puigdemont exige a Pedro Sánchez
La decisión corresponde al presidente del Gobierno, que necesitaría ganar la votación por mayoría simple
Carles Puigdemont exige a Pedro Sánchez que se someta a una cuestión de confianza. En una rueda de prensa convocada esta mañana, el líder de Junts ha advertido que las relaciones con el PSOE están en vía muerte. "No es de fiar", ha dicho, "un año después, las cosas no van bien".
Puigdemont ha hablado de "punto de inflexión" en la legislatura, y ha invitado al PSOE a evaluar su mayoría en la cámara. Cree que la cuestión de confianza tiene que servir para examinar el grado de confianza de los socios de Gobierno hacia el presidente. Pero no ha concretado ni los plazos ni la forma de presionar para que el presidente del Gobierno se someta a este mecanismo parlamentario.
De hecho, la moción de confianza solo la puede presentar el presidente del Gobierno. Y Junts ha descartado sumarse a una moción de censura, así que el escenario queda más abierto que nunca. Pero, qué es y cómo funciona este mecanismo que pretende utilizar Junts.
Qué es y cómo funciona la cuestión de confianza
La cuestión de confianza es una herramienta parlamentaria que puede utilizar el presidente del Gobierno para poner a examen su mayoría parlamentaria. Se suele utilizar cuando un Gobierno está muy debilitado, y su mayoría parlamentaria está en juego. En este caso, suele ser una estrategia del gobernante para salir reforzado de una situación de crisis.
Pero la cuestión de confianza puede ser también propuesta por otro grupo parlamentario. Es el caso de Junts, que según ha adelantado Puigdemont ha presentado una petición en el Congreso de los Diputados en este sentido. Ahora el PSOE deberá decidir si asume el reto y presenta la cuestión de confianza, o lo rechaza.
¿Qué pasará ahora? Si el PSOE acepta, la Mesa del Congreso convocará un pleno para debatir la cuestión y esta será sometida a votación en un plazo mínimo de 24 horas. En este caso, el presidente del Gobierno necesitará la mayoría simple para seguir en el cargo, es decir, más votos a favor que en contra.
Esto significa que Pedro Sánchez necesitaría el voto afirmativo de todos sus socios de gobierno incluido Junts. En el caso de no conseguirlo, tendría que presentar su dimisión ante el Rey. Se procedería entonces a la disolución de la cámara y la convocatoria de nuevas elecciones.
La pelota está en el tejado de Sánchez
En Junts son conscientes de que la decisión final corresponde solo al PSOE, y que puede acabar en saco roto. Pero con ello ha conseguido dos cosas. Una, trasladar la crisis de confianza de Junts al PSOE, y dos, debilitar más aún al Gobierno para aumentar la presión y obtener más concesiones.
Las encuestas no van bien para Junts, cuya estrategia no está acabando de convencer a los catalanes. Además, un año después del Acuerdo de Bruselas el PSOE y el PSC gobiernan en España, en Cataluña y en Barcelona. De ahí la necesidad de trasladar la crisis a los socialistas y marcar perfil ante su electorado.
Pero los socialistas podrían ahora aprovechar la situación para salir reforzados de la situación límite en la que se encuentran. De hecho, el propio Sánchez ya amagó con una cuestión de confianza en abril cuando se tomó cinco días de reflexión.
La realidad es que el Gobierno está en una situación muy delicada debido a los casos de corrupción. Con los presupuestos en el aire y las relaciones con Junts prácticamente rotas, al presidente le quedan cada vez menos salidas. ¿Se arriesgará a la cuestión de confianza para devolver la pelota al tejado de Junts?
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