Plano medio de Carles Puigdemont con cara de circunstancias saludando con el brazo derecho levantado
POLÍTICA

Puigdemont se resiste a asumir su derrota y ya chantajea a Pedro Sánchez

El ‘efecto Puigdemont’ queda en nada, pero el líder de Junts intentará ser investido a pesar del revés electoral

Que la percepción que habitualmente tiene Carles Puigdemont de la realidad suele ser algo sesgada no es algo que vayamos a descubrir ahora. Sin embargo, hoy, tras conocerse los resultados electorales de las elecciones catalanas, el líder de Junts nos ha dado una muestra más de ello.

El ‘efecto Puigdemont’, aquel que debía competir el triunfo a Salvador Illa, ha quedado en nada. A pesar de haber ganado tres diputados respecto al 2021, Junts se ha quedado lejos del candidato del PSC, sumando solo 35 diputados, a siete de los socialistas. A pesar de la clara derrota, Carles Puigdemont ha querido lanzar un mensaje de esperanza para los suyos. Y para ello, ha utilizado su comodín favorito: chantajear a Pedro Sánchez.

Y es que, teniendo en cuenta que el procesismo no suma (ni contando los dos diputados de Aliança Catalana), lo lógico sería pensar que Carles Puigdemont asumiría su derrota. Pero no. Ha salido a la palestra y ha dejado claro que va intentar ser investido. ¿Con qué votos si no suma con ERC, CUP y Aliança? Pues con los del PSC porque no hay otra.

Para el líder de Junts, “una repetición electoral sería una mala noticia”. Pero no se le pasa por la cabeza ser él quien evite este escenario dando sus votos a Salvador Illa. Según su discurso, su plan es “rehacer puentes con Esquerra” y “construir un gobierno sólido de obediencia netamente catalana”. Pero para ello, solo hay una alternativa: que sea el PSC quien ceda y se abstenga ante un hipotético gobierno de Junts y ERC.

Para que se dé este escenario, el único aliciente que tienen los socialistas es que Junts no haga caer el gobierno de Pedro Sánchez. Por lo tanto, la jugada de Puigdemont pasa por aquí: hacer valer la necesidad del PSOE de tener sus votos en el Congreso para que Salvador Illa dé su brazo a torcer en el Parlament de Catalunya.

La jugada se antoja complicada. Y todo ello, con la ley de amnistía todavía pendiente de aprobarse en el Congreso. Sin embargo, las palabras de Carles Puigdemont evidencian que no ha asumido su derrota y que está dispuesto a explorar esta vía. Porque, según él, un tripartito de izquierdas "sería una mala opción" para Cataluña.

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