El PSOE y Junts sacan pecho tras la amnistía, pero olvidan algo más importante
La historia de amor entre Carles Puigdemont y Pedro Sánchez sigue viento en popa por las necesidades de unos y otros, aunque tiene un final incierto
Satisfacción y alegría en el Frankenstein 2.0 tras el acuerdo alcanzado por el PSOE y Junts per Catalunya para aprobar la ley de amnistía. Un acuerdo firmado también por ERC que, como buena muleta socialista, ha pintado más bien poco en todo esto pero también quería salir en la foto.
La mano derecha de Pedro Sánchez, Félix Bolaños, se felicitaba a primera hora por el pacto llegado con los partidos procesistas. Auguraba el fin del procés y aseguraba que la ley de amnistía que se aprobará en los próximos días en el Congreso "beneficia a Cataluña, al conjunto de España, a la convivencia y a la reconciliación".
También en Junts han celebrado el acuerdo. Gonzalo Boye, abogado de Carles Puigdemont, afirmaba que "la batalla en Europa está ganada". Míriam Nogueras ha sido otra de las que se ha pronunciado, felicitándose por haber conseguido que el PSOE incluyera sus exigencias.
La satisfacción en las dos partes es lógica. Por una parte, Pedro Sánchez consigue fortalecer su legislatura en pleno caso Koldo. Una trama de presunta corrupción que está poniendo contra las cuerdas al PSOE cuando apenas llevamos unos meses de legislatura. Balón de oxígeno para Moncloa, otra cosa es el precio que puedan acabar pagando a medio-largo plazo.
Más o menos lo mismo para Junts. Sobre el papel, Carles Puigdemont podría acogerse a esta amnistía. Distinto es que finalmente pueda ser así, ya que ahora serán los jueces y los tribunales españoles y europeos los que tengan que hacer efectivo y validar este beneficio al expresident.
Por lo tanto, el PSOE celebra el fin del procés, aunque varias voces autorizadas de Junts ya han dejado claro que el siguiente paso es la autodeterminación. Así que, de fin del procés, parece que poco. Sobre todo, porque los juntaires viven de él. Y ahora vendrá la negociación por los presupuestos con unos socialistas en una posición de evidente debilidad.
De cara a la estabilidad parlamentaria, es evidente que consiguen calmar un poco las aguas en un momento en el que, cada día, está saliendo información comprometedora. Por lo tanto, a pesar de amarrar el apoyo de Junts, la estabilidad la acabará marcando el alcance que pueda tener el caso Koldo.
Y Junts, que sigue apuntalando al PSOE en pleno caso Koldo (y sin pronunciarse demasiado sobre esta cuestión), también olvidan que la partida solo ha hecho que empezar. Los jueces ya han demostrado su capacidad de seguir haciendo su trabajo a pesar de las injerencias políticas. Y después tiene que venir el filtro del Constitucional y de Europa. Todo ello hace que la amnistía no solamente tenga un final incierto, sino que además puede que no tenga un final inmediato y todo se alargue lo suficiente como para que Puigdemont aún no pueda ir haciendo las maletas para volver.
Lo que está claro es que PSOE y Junts han decidido unirse para afrontar juntos esta tormenta que nadie puede augurar cómo terminará.
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