Montaje con fotos de medio cuerpo de Mireia Vehí de la CUP, Oriol Junqueras de ERC y Carles Puigdemont de Junts
POLÍTICA

El procesismo se prepara para la caída que sufrirá el 23-J

Esquerra, Junts y la CUP asumen la pérdida masiva de apoyos en las próximas elecciones

No hace falta ser un gran analista político para prever que los partidos procesistas van a sufrir un duro varapalo el próximo 23 de julio. Que ERC, Junts y la CUP perderán muchos apoyos en las elecciones generales es algo asumido por todos, incluso por los propios partidos afectados. Los resultados de las últimas municipales y las previsiones de las encuestas no invitan precisamente al optimismo en el bando indepe. La duda está, en todo caso, hasta dónde llegará su caída libre.

Los sondeos publicados por varios medios auguran una fuerte pérdida de votos para los 3 partidos procesistas. Quien más lo sufriría es Esquerra Republicana. Ya perdió más de 300.000 votos en las últimas municipales y no parece que la sangría se vaya a frenar en las próximas generales. Hay encuestas que incluso los sitúan con 6 escaños, menos de la mitad de los 13 que tienen ahora mismo.

Gabriel Rufián exaltado en un mitin con una papeleta electoral entre sus manos

Junts aún puede presumir de no ser el más castigado. Salir del Govern le ha permitido desgastarse menos. Incluso algún sondeo le da algún escaño más de los 8 que tiene actualmente, pero tampoco nada que sea para tirar cohetes. En todo caso, también hay escenarios que los sitúan con 5 escaños.

Más delicada es la situación de la CUP. Solo los sondeos más optimistas para ellos les dan los mismos 2 diputados que tienen actualmente. Pero la mayoría de las encuestas les sitúan entre ningún y un escaño, perdiendo la mitad de los apoyos obtenidos hace 4 años.

Incluso algunas de las voces más mediáticas del independentismo ya auguran un fuerte retroceso de las fuerzas progresistas. José Antich, director de ElNacional, pronosticaba el fin de semana pasado que ERC, Junts y CUP podrían sumar apenas 15 o 16 diputados. Esto es casi un tercio menos de los 23 que tienen en estos momentos.

Imagen de miembros de la CUP con caras largas valorando los resultados de la noche electoral

Los partidos procesistas ya juegan con estas previsiones catastróficas para ellos. Por un lado, les sirven para terminar de pedir el voto para el 23 de julio. Su principal lucha es contra la abstención independentista, que se presume que será destacada. Mostrar que no tendrán fuerza para “frenar a VOX” puede servir de reclamo para captar el voto de algún indeciso.

Pero además, asumir que los resultados serán malos les permite preparar su análisis postelectoral. Si finalmente los resultados no son tan nefastos, siempre les quedará poder vender una pseudovictoria con un “podría haber sido peor”. Pero, en este sentido, solamente podrán maquillar su derrota si PP y VOX no suman mayoría absoluta. Y es que, vendan como lo vendan, sus resultados serán peores que los de hace 4 años.

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