
El procesismo recula 15 años: el plan de un exconsejero de ERC que emula a Artur Mas
Más de lo mismo: referéndum en un año y medio y conseguir el reconocimiento internacional
Que gran parte del procesismo no se ha recuperado del colapso que supusieron las últimas elecciones autonómicas es una evidencia. Tras años de control del entramado institucional catalán, la pérdida de poder ha tenido consecuencias severas para el independentismo. Y no solo por su menor influencia en las instituciones, sino también porque se ha cuestionado el discurso ideológico. Para muchos votantes, el tránsito desde 2017 hasta la actualidad ha dejado una sensación de fracaso y decepción. Esro quedó reflejada en la pérdida de la mayoría parlamentaria y en un elevado abstencionismo.
En este contexto de crisis, una iniciativa que rescata tácticas del pasado vuelve a tomar protagonismo. Joan Carretero, exconsejero de ERC, ha impulsado un proyecto que busca revivir una fórmula similar a la empleada por Artur Mas hace una década. Carretero lidera Parlament Lliure, una plataforma que promueve la creación de un parlamento alternativo mediante una consulta popular en los municipios catalanes.

Este Parlament Lliure pretende escoger representantes que asuman el mandato del referéndum del 2017, ignorando las instituciones autonómicas actuales. La propuesta defiende que este órgano paralelo debería actuar con base en la soberanía popular. El objetivo sería avanzar hacia una independencia real, ante la inacción y limitaciones del Parlament oficial.
Carretero, que rompió con ERC en 2007 tras criticar su acercamiento al PSC, vuelve a abogar por una estrategia rupturista. En aquel entonces fundó Reagrupament, una corriente que cuestionaba la sumisión de los republicanos al socialismo catalán. Esta corriente incluso llegó a coaligarse con Convergència en procesos electorales europeos y generales. Una alianza, por cierto, que ahora rechazan, pues consideran que el marco autonómico hace imposible la independencia.

Más de lo mismo: referéndum y reconocimiento internacional
El proyecto Parlament Lliure tiene un calendario claro: organizar una consulta popular en todos los municipios catalanes en aproximadamente un año y medio. La idea es que el resultado legitime un parlamento alternativo que declare la validez del 1-O y que trabaje por el reconocimiento internacional.
La plataforma denuncia en su web oficial que las instituciones catalanas actuales no representan la soberanía real de Cataluña. Califican el Parlament como un «juguete español» sin poder efectivo y acusan a los partidos de construir un sistema partitocrático basado en redes de incentivos que impiden la libertad y la prosperidad catalana.
Esta nueva propuesta simboliza un retroceso en la estrategia del independentismo, un repliegue a planteamientos similares a los de hace 15 años. Sin embargo, también refleja el desencanto y la necesidad de algunos sectores por retomar la iniciativa política con métodos alternativos a los institucionales. El tiempo dirá si este plan logra canalizar de nuevo el apoyo del independentismo o si, por el contrario, acentúa la división y la dispersión dentro del movimiento.
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