El procesismo ladra pero no muerde
ERC y Junts amenazan con romper sus acuerdos con los socialistas cuando saben que no lo van a hacer
La nueva etapa de Junts y ERC tras sus respectivos congresos nacionales coincide con la negociación de los presupuestos en Madrid y en Cataluña. Esto hace que estos días escuchemos a los líderes procesistas amenazando con romper sus pactos con el PSOE y el PSC, que necesitan desesperadamente su apoyo. Pero a la vista de los antecedentes recentes y del contexto político actual, todo parece pura retórica.
Jordi Turull ha concedido este fin de semana una entrevista en La Vanguardia, después de haber sido reelegido como secretario nacional de Junts. Turull fue el artífice junto a Carles Puigdemont del acuerdo de investidura con el PSOE. Y ahora, después de recibir el poder casi absoluto del partido, marca distancias con el PSC y amenaza con romper con Sánchez para demostrar que lidera un partido nuevo.
Este mismo fin de semana, Oriol Junqueras dejaba claro en NacióDigital que dejará de prestar apoyo a los gobernantes socialistas en Madrid o en Cataluña si no cumplen con sus promesas. Junqueras necesita marcar paquete independentista para aumentar sus esperanzas de cara al congreso del 30 de noviembre. Sabe que la cosa anda muy apretada, y que últimamente ha perdido un caché indepe que necesita recuperar.
Junts y una amenaza que no se cree nadie
Dice Jordi Turull que no se plantean apoyar los presupuestos de Salvador Illa porque “no tiene mentalidad de Estado”. Añade que “estamos haciendo más nosotros por la financiación del Govern que el propio Illa”. Un discurso que hace días que Junts está intentando colar para robarles protagonismo a ERC y el PSC con la negociación de la financiación singular.
Pero además, en la entrevista de este fin de semana amenaza con no aprobar los presupuestos "si antes no se cumple el actual". Lo cual es lo mismo que amenazar con dejar caer el Gobierno de Pedro Sánchez. Algo que Junts habría descartado por ahora, lo cual hace pensar que Turull, una vez más, está lanzando fuegos artificales.
Junts ya barajó la posibilidad de dejar caer al Gobierno y lo descartó por la incertidumbre que arrojaba un pacto con PP y Vox. De hecho, los de Puigdemont han rehecho los puentes con los socialistas en la última cumbre en Suiza y están relajando su posición en negociaciones como el techo de gasto y la reforma fiscal. Sánchez responde a su vez incluyendo a Junts en el consejo de administración de RTVE.
Junqueras, también sin crédito
ERC también ha recibido su sillón en el consejo de administración de RTVE, que es solo un ejemplo de lo mucho que se juegan los partidos procesistas si rompen con el PSOE. Las amenazas parecen aún menos reales viniendo de Oriol Junqueras, el gran ideólogo de la estrategia de acercamiento a los socialistas para ensanchar la base de Esquerra. Nadie ve ahora mismo a Junqueras rompiendo el acuerdo de investidura con Illa y haciendo caer al gobierno de Pedro Sánchez.
Esquerra está en pleno declive electoral y lo menos que le conviene ahora es romper aquellos gobiernos donde puede ser decisivo para dar lugar a elecciones que le pueden hundir aún más. Por eso la consigna tanto de roviristas como de junqueristas es evidente: resistir en los gobiernos todo lo posible para reconstruirse desde la tranquilidad que ofrece el poder.
Junqueras y Turull representan como el procesismo en este contexto en el que necesitan seguir alimentando su relato para frenar el declive. Pero a estas alturas sus amenazas ya no convencen a casi nadie, pues parece evidente que tienen mucho que perder y poco que ganar si rompen con el PSOE y el PSC.
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