Montaje con foto de un personaje
POLÍTICA

El procesismo, eufórico por la primera victoria en años, avisa de lo que viene ahora

Gabriel Rufián entierra el régimen del 78 y habla del referéndum como próxima parada

La aprobación de la amnistía en el Congreso de los Diputados por 177 votos a favor y 172 en contra ha desatado la euforia en los partidos procesistas. Cada uno a su manera, porque Junts se apunta el tanto al afirmar que “la confrontación da resultados”, y ERC recuerda que la amnistía estaba entre sus promesas. Pero en todo caso es la primera victoria del procesismo después de muchos años de acumular fracaso tras fracaso.

Gabriel Rufián ha advertido desde la tribuna del Congreso que esto solo acaba de empezar y ha puesto el referéndum de autodeterminación como “próxima parada”. Una advertencia a la que se ha sumado Pere Aragonès, al afirmar que “tendremos referéndum” y que Cataluña “votará sobre su futuro en libertad”. También el presidente de ERC, Oriol Junqueras, que ha dicho que “no acaba nada” y que es “el principio de una lucha en igualdad de condiciones por hacer posible el referéndum”.

Gabriel Rufián: 'Próxima parada referéndum'

Igualmente, el entorno de Junts ha empezado a vender la idea de la amnistía como principio de algo más grande, que tiene que ser el referéndum. La diputada Míriam Nogueras se ha dirigido al Congreso diciendo que “hoy tenemos más claro que nunca que la independencia no depende de vosotros”. La propagandista de cabecera del partido, Pilar Rahola, ha celebrado la aprobación de la amnistía con el mensaje “ahora empieza la gran batalla”. 

Otro de los que se ha pronunciado ha sido Jordi Cuixart, expresidente de Òmnium y uno de los presos políticos indultados por el Gobierno de Pedro Sánchez. El activista ha tildado la amnistía de "victoria incontestable de los Països Catalans" y ha reiterado su ya conocido eslógan "lo volveremos a hacer". Un mensaje parecido al de Josep Rull, que habla de "victoria incontestable de Cataluña" y destaca "la voluntad de ser libres". 

Escepticismo en el independentismo

Más allá del discurso de las cúpulas y sus líderes, los independentistas son escépticos en cuanto al referéndum de autodeterminación. Son muchos quienes piensan que la intención del Gobierno no es el compromiso con la autodeterminación sino al revés, la integración de Cataluña en el constitucionalismo español. También creen que no hay motivo para celebrar nada, después de una década larga de derrotas y decepciones.

La euforia desmedida de los partidos procesistas, sus líderes y sus terminales mediáticas contrasta con el escepticismo de las bases. Y eso evidencia la distancia cada vez mayor entre las cúpulas de ERC y Junts y el independentismo de base, que les acusa de traicionar el mandato del referéndum del 1 de octubre de 2017. Además hay una gran desconfianza hacia el Gobierno y su verdadero compromiso con las aspiraciones del independentismo, por muchos paños calientes que intenten poner los dirigentes procesistas.

Un motivo más para pelearse

Apenas finalizada la votación, la euforia ha dado paso a las puyas y la pugna entre Junts y Esquerra por el control del relato. Los republicanos consideran que es una victoria suya tras años de lucha en los que, según ha dicho Junqueras, se han sentido muy solos. En cambio, en Junts venden la idea de que tras años de complicidad estéril entre ERC y el PSOE han tenido que venir ellos para poner firmes a los socialistas y conseguir un logro histórico.

Ahora empieza la batalla, como dice Pilar Rahola, pero no será un camino de rosas hacia el referéndum como plantea ella sino más bien al contrario. Primero habrá que ver si puede aplicarse la amnistía, porque ahora empieza la batalla judicial y no el Gobierno no lo tendrá nada fácil. Cuestiones como el catalán en Europa, que ha quedado en un cajón, demuestra que una cosa son las buenas intenciones y otra el cumplimiento de lo prometido.

Lo que parece es que más allá de si la amnistía puede aprobarse o no y si el referéndum es realmente una opción, lo de hoy sirve como una razón más para pelearse entre ERC y Junts. Este es otro de los reproches que hacen los independentistas, que llevan tiempo reclamando unidad entre los partidos. La euforia del momento contrasta con la situación actual de ERC y Junts, en un declive imparable y sin mayoría en Cataluña.

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