Primeras consecuencias del Govern Illa: Junts se pone duro con Pedro Sánchez
El cambio de correlación de fuerzas en Cataluña condiciona la estabilidad de las alianzas en Madrid
Era inevitable que las relaciones entre Junts y el Gobierno de Pedro Sánchez no se vieran afectadas por la llegada de Salvador Illa al Govern de la Generalitat. Las relaciones entre los socialistas y los de Carles Puigdemont en el Gobierno de España nunca han sido sencillas y armónicas. Pero el cambio de la correlación de fuerzas en Cataluña ha alterado peligrosamente el frágil equilibrio que sustentaba este matrimonio de conveniencia.
Durante un corto período de tiempo Junts pasó a ser el socio preferencial del PSOE relegando a ERC a un segundo plano. Pero el acuerdo de investidura ERC-PSC en Cataluña ha vuelto a situar a los republicanos por delante. Condenados a la oposición en el Parlament, los de Carles Puigdemont necesitan ahora mostrar un perfil más duro ante el PSOE.
Primero, para diferenciarse de ERC y evidenciar su alianza estratégica con el PSOE y el PSC más “españolista”. Pero también para debilitar al Gobierno de España como una forma de condicionar también la estabilidad del gobierno de Salvador Illa en Cataluña. Por último, se trata de demostrar ante su electorado que el pacto con Pedro Sánchez no fue papel mojado, lo cual permite también reforzar la figura de Carles Puigdemont como político indomable.
Junts vuelve a advertir al PSOE
En este contexto se enmarcan las declaraciones de Jordi Turull en El Cafè d’Idees dejando en el limbo los Presupuestos Generales del Estado. El secretario general de Junts ha advertido al PSOE que ahora mismo están lejos de contar con su apoyo para sacar adelante las cuentas de 2025. Hay que recordar que Junts ya frustró la aprobación de los presupuestos de este año, dejando al Gobierno de Pedro Sánchez muy debilitado.
El dirigente catalán ha dejado claro que el balance del cumplimiento de los acuerdos con Junts deja mucho que desear por parte del PSOE. Ha mencionado la ejecución presupuestaria pero también otras cuestiones como la transferencia de inmigración y la oficialidad del catalán en la UE. Por eso ha dicho que no existe un “clima favorable” a la aprobación de los presupuestos, poniendo así al PSOE nuevamente contra las cuerdas.
Además, Junts ayudó a tumbar la propuesta de Sumar, miembro del Gobierno, de regular el aquiler de temporada. Una decisión muy importante porque el Gobierno y sus socios necesitabann el voto afirmativo de Junts para sacar la ley adelante. Junts ha argumentado una discrepancia de fondo, pero también de forma al considerar que invade competencias de Cataluña.
El dilema de Puigdemont
En el PSOE transmiten tranquilidad porque son conscientes de la necesidad de Junts de retener la única palanca de poder que les queda. Los de Puigdemont están en la difícil posición de ser oposición en Cataluña y aliado del Gobierno en España. Esto les libera de la responsabilidad de seguir sosteniendo a Pedro Sánchez, pero al mismo tiempo les obliga a tirar de pragmatismo para seguir aferrados al poder.
Una vez más parece que la necesidad de Junts de ponerse duros con Pedro Sánchez choca con su posibilidad real de romper la alianza. Y eso lleva a la sensación de que una vez más Puigdemont tira de postureo en su estrategia de alianzas en Madrid y en Cataluña. Algo que hasta ahora no ha hecho más que lastrar su confianza con las bases independentistas restándole popularidad y apoyos.
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