
El PP explora una moción de censura a Pedro Sánchez mientras Junts guarda silencio
Carles Puigdemont esquiva la presunta corrupción del PSOE a la espera de resolver la amnistía
El Gobierno de Pedro Sánchez afronta horas decisivas tras el último escándalo de presunta corrupción. Se han difundido unos audios en los que una exdirigente socialista maniobraba contra la UCO para desactivar las causas contra el PSOE. Barones socialistas como Miguel Lambán están pidiendo a Pedro Sánchez que convoque elecciones para “acabar con esta agonía”.
El presidente del PP y líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, explora una moción de censura con los socios de Pedro Sánchez. ERC ya ha mostrado su lealtad al PSOE, cerrando la puerta a cualquier operación de este tipo. Las esperanzas del PP se centran ahora en la posición que puedan adoptar el PNV y Junts.

El partido de Carles Puigdemont, de momento, guarda silencio. Waterloo desconfía de una moción de censura que les obligaría a votar junto a PP y Vox. Esto tendría unos evidentes costes electorales, sobre todo tras la ofensiva diplomática de Feijóo contra la oficialidad del catalán.
Seguir ligados a un Gobierno socialista en crisis tampoco les beneficia demasiado, pero ahora mismo lo ven como el mal menor. Puigdemont está dispuesto a mantener con vida a Sánchez, al menos hasta que se apruebe la amnistía y se desencallen los principales compromisos de investidura. Sobre todo, el traspaso de las competencias de inmigración y la oficialidad del catalán en la UE.
Pero Junts quiere marcar un perfil más crítico que ERC, que una vez más ha vuelto a demostrar su servilismo hacia los socialistas. En todo caso, su silencio a estas horas de la tarde demuestra la difícil posición en la que se encuentran ahora los de Puigdemont.
Un marrón para Junts
Es llamativo que incluso Yolanda Díaz haya salido antes que ERC o Junts a criticar al PSOE por este nuevo escándalo. Los partidos procesistas hacen ver que la cosa no va con ellos. Pero Junts siente especial incomodidad, sobre todo porque en este último escándalo sale retratado Santos Cerdán, el dirigente socialista que negoció la investidura con Puigdemont.

La posición servil de ERC favorece a Junts, cuyo silencio ahora puede interpretarse como un apoyo crítico con el PSOE. La crisis del Gobierno de Pedro Sánchez también perjudica más a ERC que a Junts, en la medida que afecta al gobierno de Salvador Illa.
Pero la caída de Pedro Sánchez ahora dejaría a los postconvergentes sin poder en Cataluña ni en Madrid. Además, las encuestas no les son favorables y no quieren ni oír hablar de elecciones hasta las próximas municipales en 2027. La consigna desde Waterloo es clara, desentenderse de los problemas de Sánchez y centrarse en conseguir la amnistía de Puigdemont.
Aprovechar la debilidad de Sánchez
Junts quiere aprovechar la debilidad del Gobierno español para acelerar el cumplimiento de los acuerdos de investidura. Tampoco sin tensar la cuerda, conscientes de que ahora ha aumentado la presión sobre Sánchez. En las últimas semanas han rebajado el tono y han centrado sus críticas en el PP.
Los partidos procesistas contemplan incluso dar pasos hacia la aprobación de los presupuestos para dar cierta estabilidad al Ejecutivo. Quieren evitar que Sánchez convoque elecciones anticipadas sin haber resuelto sus compromisos.
Por otro lado, no obstante, la presencia en el bloque sanchista perjudica a Junts en su intento de girar a la derecha. Esto lleva a la contradicción de tener que sostener a Sánchez a toda costa mientras vota con PP y Vox en leyes económicas y energéticas. De momento, ante los casos de corrupción del PSOE Junts corre un tupido velo.
Esto da cierta tranquilidad a Pedro Sánchez, que sabe que tiene el salvavidas de ERC y Junts pase lo que pase. Mientras, los partidos procesistas se van desangrando en las encuestas.
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