
Un agente de los Mossos, agredido por un immigrante ilegal con varios antecedentes
Su puesta en libertad ha generado malestar en el cuerpo
El aumento de la delincuencia en los últimos años en Cataluña ha traído a colación un debate polémico. ¿Es la inmigración ilegal uno de los principales factores que explican este auge? ¿Está vinculado el aumento de la inmigración con el incremento de la seguridad?

Para algunos, estas afirmaciones son una fabricación de la extrema derecha a través de la manipulación de los datos. Afirman que no hay inseguridad sino percepciones generadas a través de bulos en las redes sociales. Defienden las bondades del modelo multicultural y acusan de racismo a cualquiera que lo cuestione.
Para otros, no obstante, el aumento de la inmigración ilegal ha traído más inseguridad y lo argumentan los datos de la policía y de Interior. También con noticias que diariamente reflejan esta realidad. Como el suceso reciente que ha revelado Rubén Pulido en La Gaceta.
Extranjero con antecedentes
La madrugada del domingo, un agente de los Mossos d’Esquadra sufrió una agresión dentro de los calabozos de la comisaría de Gerona. El policía recibió un puñetazo que le causó una herida sangrante en la ceja. El atacante, un hombre de 31 años, de nacionalidad marroquí y con residencia ilegal en España, ya contaba con numerosos antecedentes penales.
El detenido fue interceptado en la vía pública por una orden judicial pendiente. Durante su traslado a la comisaría, el individuo mostró una actitud desafiante y hostil. Golpeó el vehículo policial y amenazó verbalmente a los agentes que lo custodiaban.
El momento más violento tuvo lugar al ingresar en los calabozos, cuando atacó de manera inesperada al policía.
Este hombre, conocido por los Mossos como un delincuente reincidente, acumula más de diez antecedentes, principalmente por robos. Tras el ataque, fue reducido y arrestado de nuevo por atentado contra la autoridad.
A pesar de la gravedad de la agresión y su historial criminal, el juez de guardia de Gerona decidió dejarlo en libertad poco después. Esto ha generado una fuerte reacción entre los cuerpos policiales.
Aumentan las agresiones a la policía
La indignación dentro de la policía catalana es palpable. Los agentes denuncian que esta decisión judicial fomenta la impunidad y dificulta su trabajo. Según explican fuentes cercanas a los Mossos, las agresiones a policías han aumentado considerablemente en toda Cataluña en los últimos años.
Ejemplos recientes ilustran la escalada de violencia contra los agentes. En Lérida, seis policías resultaron heridos en un altercado. En Mataró, un detenido llegó a morder y arrancar un dedo a un agente. Estos casos reflejan un patrón de agresividad creciente que preocupa a las autoridades y a los sindicatos policiales.

Los sindicatos critican la respuesta política y judicial ante esta problemática. Señalan que, en muchas ocasiones, los responsables minimizan los ataques y los consideran “hechos aislados” propios de la labor policial. Sin embargo, los datos aportados por los Mossos evidencian una tendencia al alza en la violencia contra el cuerpo.
Este fenómeno ha incrementado la sensación de inseguridad entre los agentes, quienes reclaman medidas más contundentes para proteger su integridad. La falta de sanciones severas, aseguran, envía un mensaje negativo y puede incentivar nuevos ataques.
Por ello, exigen que las autoridades judiciales revisen sus criterios para evitar que delincuentes violentos queden libres rápidamente tras agredir a la policía. La combinación de reincidencia, inmigración irregular y decisiones judiciales controvertidas está complicando la labor de los Mossos.
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