Montaje con fotos de personajes
POLÍTICA

¿Por qué gana la 'extrema derecha'?: 3 respuestas en clave catalana

La fractura social, la crisis migratoria y los cordones políticos y mediáticos explican ciertos cambios demoscópicos

Un fantasma recorre estos días los cuarteles generales mediáticos y políticos del wokismo en Cataluña: el fantasma de lo que llaman "extrema derecha". 

Desde las ondas radiofónicas hasta los platós de televisión, desde las sedes de los partidos hasta las asambleas y los círculos de amigos, una pregunta lo inunda todo: ¿Por qué ha ganado la "extrema derecha" en Europa? 

Periodistas y analistas políticos llevan días haciendo un colosal esfuerzo por resolver la pregunta del millón. En realidad, la respuesta está delante de sus narices. Solo hace falta examinar cómo ha gestionado la izquierda el poder estos últimos años, y como los medios de comunicación han secuestrado el relato aumentando la frustración y el hartazgo de la gente.

Los países donde más han subido los partidos conservadores e identitarios (Francia, Bélgica, Países Bajos, Austria, Alemania) tienen algo en común. Todos han experimentado un aumento de la presión migratoria y la inseguridad estos últimos años. Y en todos ellos la izquierda no ha sabido ofrecer más que cordones sanitarios y mediáticos, discursos manidos y estigmatización del que piensa diferente.

Si nos centramos en Cataluña, observamos que este proceso se ha producido de una forma especialmente intensa. ¿Por qué ha subido esto que llaman "extrema derecha"? Tres fenómenos muy vivos en Cataluña ayudan a dar una respuesta para entender el triunfo de estas opciones.

1. Inmigración y fractura social

Hace tiempo que muchos comparan la situación migratoria en Cataluña con Francia, donde el partido de Marine Le Pen ha arrasado. 

El país galo registró en 2023 el mayor aumento migratorio de los últimos años, concentrándose la mayor parte de esta inmigración en los guetos de la periferia de grandes urbes como París o Marsella. En Cataluña también hubo el año pasado un repunte de la inmigración ilegal, concentrándose en barrios marginales de ciudades como Terrassa, Badalona y L’Hospitalet, y en ciudades como Manresa o Mataró.

Transeúntes inmigrantes en una céntrica calle de Barcelona andando de espaldas a la cámara

La crisis migratoria en Cataluña ha sido fomentada por la izquierda, con un discurso buenista sobre la necesidad de acoger sin tener en cuenta las inevitables consecuencias a nivel social y demográfico. En el caso de Cataluña esto ha generado un desafío cultural y lingüístico muy evidente. Cada vez más expertos hablan de la amenaza de una sustitución cultural, aunque los políticos y los intelectuales de la izquierda siguen hablando de la Cataluña de los nueve millones.

¿Por qué la gente vota a la "extrema derecha"? Para entenderlo basta con escuchar la solución al reto migratorio que propone la dirigente de la CUP, Basha Changue: “El refor y tibio ‘queremos acoger’ no lleva a ninguna parte, hay que desmantelar sistema de explotación y cuestionar el concepto y la conformación de naciones y los estados-nación”.

Ahora vayan a Ca n'Anglada (Terrassa), Salt (Gerona) o San Roque (Badalona) y díganle a alguien que vive allí que la solución es desmantelar la explotación y cuestionar los estados-nación. ¿Entienden ahora por qué la gente vota a la "extrema derecha"?

2. Impuestos, miseria e inseguridad

La segunda clave está en la gestión del poder, en manos de la izquierda woke catalana estos últimos años. Sus políticas han empobrecido a una clase media y trabajadora asfixiada por los impuestos y condenada a una gestión negligente en aspectos como la seguridad. Cataluña no es solo la comunidad del Estado español con los impuestos más elevados, sino también donde más crecen las okupaciones ilegales y delitos como las agresiones sexuales.

Los impuestos disparados y el aumento de la multirreincidencia ha roto la igualdad entre derechos y deberes en Cataluña, base de toda convivencia. Se ha extendido entre los catalanes la situación de que el sistema ampara la delincuencia mientras desprotege a los ciudadanos que sí cumplen con sus obligaciones.

Montaje con un plano medio de Joan Ignasi Elena tocándose la barbilla con cara de preocupación y de fondo una imagen de un mosso de espaldas abriendo la puerta de un coche policial

Ante eso, la izquierda ha reaccionado negando el problema de inseguridad y acusando a quienes lo denuncian de alimentar a la extrema derecha con bulos.

Fue el consejero de Interior Joan Ignasi Elena quien dijo que no había un repunte de la delincuencia sino solo una percepción de la inseguridad. Algo que contrasta, no solo con los datos oficiales que evidencian un aumento de la criminalidad, sino también con el último estudio de opinión en Cataluña, según el cual casi la mitad de los catalanes (sobre todo las mujeres) han cambiado sus hábitos por miedo a ser víctimas de un delito. 

En resumen, hay cada vez más ciudadanos que no llegan a final de mes, en parte por culpa de los impuestos (que tampoco se traduce en una mejora de los servicios públicos), y que ven limitado su día a día por culpa de la inseguridad en las calles. Si a estos ciudadanos les decimos que solo es una percepción, ¿entendemos mejor por qué la gente vota a la "extrema derecha"?

3. Cordones políticos y mediáticos

La izquierda pudo sostener su posición mientras funcionaron los cordones políticos y mediáticos que estigmatizaban la disidencia como algo “no deseable”. Pero el tiempo ha demostrado que esos cordones no hacen más que evidenciar las contradicciones y generar el efecto contrario al deseado.

En Cataluña, el triunfo de Aliança Catalana en Ripoll sirvió para romper esta dinámica perversa. La prensa pública y subvencionada pasó del silencio mediático a hablar de ellos aunque fuera manipulando. Lo mismo ocurrió en el espectro político, que tras un cordón sanitario fallido, vieron como Aliança Catalana situaba la inmigración y la inseguridad en el centro del debate político rompiendo muchos tabúes.

Los medios han jugado un papel fundamental en el auge de los partidos identitarios y antiinmigración. Al actuar como correa de transmisión del poder ostentado por la izquierda, han obligado a los ciudadanos a informarse por otros canales alternativos. Como las plataformas digitales y las redes sociales, que la llamada "extrema derecha" ha sabido convertir en un fondo inagotable de nuevos votantes. 

En TV3 el domingo había caras largas al conocer los resultados de las elecciones europeas. Al día siguiente, Jordi Basté y Mònica Terribas se preguntaban desolados qué había podido pasar. En las redes sociales muchos les culpaban a ellos de haber fomentado el auge de la extrema derecha después de años hablando desde el púlpito y estigmatizando a los que de verdad sufren los problemas de la inmigración y la inseguridad.

Escuchando a Jordi Basté y a Mònica Terribas y viendo TV3 todos los días, ¿verdad que se entiende mejor por qué la gente prefiere votar otras opciones?

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