El polémico ministro Ernest Urtasun: el arte de vivir de la política
A pesar de ser el encargado de una cartera secundaria como es Cultura, es uno de los perfiles más polémicos del nuevo Gobierno. Su capacidad de cargarse a rivales políticos le ha permitido escalar hasta el Consejo de Ministros
Ernest Urtasun ya ejerce de ministro de Cultura. El portavoz de Sumar y mano derecha de Yolanda Díaz coge el relevo de otro catalán, Miquel Iceta, al frente de esta cartera. De este modo, el antiguo dirigente de la desaparecida Iniciativa per Catalunya ha completado su metamorfosis. Y es que, si una cosa no se le puede negar a Urtasun es su capacidad para estar en el sitio y momento adecuados, mover los hilos a su conveniencia y cargarse, si es preciso, a cualquiera que le pueda hacer sombra.
Prueba de ello es que, a pesar de los años convulsos que ha sufrido su espacio político en los últimos años, Ernest Urtasun ha sabido vivir de la política y del erario público a lo largo de casi toda su vida. Y es que, si alguien aún creía que Sumar representa algún tipo de nueva forma de hacer política, está claro que no se puede referir al nuevo ministro de Cultura.
Toda la vida viviendo de la política
Ernest Urtasun tiene 41 años y, aunque cuenta con la carrera de diplomático y economista, estamos hablando de un político profesional. Vecino de Sarrià e hijo de la burguesía catalana, estudió en el Liceo Francés, colegio de una de las zonas más ricas del Upper Diagonal de Barcelona. Empezó a militar en las juventudes de Iniciativa per Catalunya a los 15 años y rápidamente empezó a tener galones dentro del partido.
Con 25 años, ya fue número dos en las listas de ICV en las municipales por la capital catalana celebradas en el año 2003. Un año más tarde, acompañó, también de número 2, a Raül Romeva en las elecciones europeas. Eso, claro, cuando Romeva aún estaba en ICV y todavía no había dado el salto al procesismo de la mano de ERC.
El hundimiento de Iniciativa per Catalunya
Con casi toda una vida entregada a Iniciativa per Catalunya en el Parlamento Europeo, en 2016 se convirtió en el portavoz y en uno de los máximos dirigentes de este partido. Ernest Urtasun, que ahora liderará un ministerio que el año pasado contó con 1 800 millones de euros de presupuesto, lideraba ICV -junto a otras personas ahora cercanas a Yolanda Díaz- cuando la formación anunció su disolución con una deuda de 9,2 millones de euros y un ERE que afectó 16 personas.
Capacidad de neutralizar amenazas internas
Ernest Urtasun fue uno de los principales dirigentes de Iniciativa cuando apareció Podemos, que se iba a apoderar de todo el espacio político situado a la izquierda del PSOE tras el 15M. Con una deuda asfixiante y la amenaza de pasar a la irrelevancia política, la ICV de Urtasun supo adaptarse y neutralizar a los rivales internos.
El espacio a la izquierda del PSOE estaba formado, en líneas generales, por tres sectores: ICV, Podemos y los Comuns/Guanyem de Ada Colau. Los cuadros de Iniciativa, con Urtasun moviendo los hilos, se integraron al espacio de Colau, vampirizándolo hasta el punto que la alcaldesa de Barcelona era la simple cara visible de la ICV de toda la vida.
El proyecto de los Comuns/Guanyem de Ada Colau nació con la idea de cambiar la forma de hacer política. Pero rápidamente se convirtió en la marca blanca de Iniciativa y esa izquierda más pendiente del ecologismo y otras cuestiones woke que de la defensa de los trabajadores y de las tesis que defendía el 15M.
En cualquier caso, al sector ‘iniciativero’ solo le quedaba ‘cargarse’ a Podemos para hacerse, otra vez, con el control total de este espacio político. Fue un proceso que culminó el pasado verano con la creación de Sumar, en la que los morados quedaban arrinconados en favor de perfiles como el de Aina Vidal, militante de ICV desde los 20 años. El acercamiento de Urtasun a Yolanda Díaz le ha permitido apartar a la formación fundada por Pablo Iglesias del espacio situado a la izquierda del PSOE en Cataluña.
Su relación con Junts: del odio al amor
Hace 5 años, Ernest Urtasun afirmaba que la izquierda “debe combatir” a Junts per Cataluña porque representaban la “refundación de la derecha”. Ya cuando estaba en ICV, el portavoz de Sumar siempre ha sido muy crítico con el espacio posconvergente. Pero estas críticas han pasado a un segundo plano cuando ha necesitado sus votos para gobernar y, a la postre, convertirse en ministro de Cultura. Y es que, como hace su jefe en el Consejo de Ministros, Ernest Urtasun también tiene la habilidad de “cambiar de opinión” cuando le interesa.
Llamada a la guerra cultural ‘contra la extrema derecha’
Ernest Urtasun ha iniciado su andadura en Cultura con polémica. El dirigente de Sumar afirmó en sus primeros días en el cargo que su ministerio es “clave” en “el combate” contra “la extrema derecha”.
Las palabras de apología a la guerra cultural han generado muchas críticas al nuevo ministro. Y de gente que no es precisamente de extrema derecha. Una de las personalidades que más le ha reprochado sus palabras ha sido la escritora Lucía Etxebarría. “El ministro de cultura anima al uso partidista de la cultura; de acuerdo con Urtasun, nunca podríamos leer a Louis Ferdinand Céline, a Borges, a Sandor Marai o a tantos escritores a los que se les ha tachado de fascistas”, denunciaba.
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