Montaje de Oriol Junqueras y Pere Aragonès mirando hacia lados opuestos

POLÍTICA

Pinza a ERC en la Diada del 11-S

Los republicanos se sienten arrinconados por Junts y la ANC

Asumiendo que la unidad del independentismo es ya un espejismo, las distintas partes del procesismo compiten ahora por la hegemonía del espacio. Partidos y entidades llegan más divididos que nunca a la Diada del 11-S, la puesta de largo del independentismo por excelencia. En esta batalla, Esquerra tiene las de perder.

La Diada de 2022 marcó un punto de inflexión entre ERC, por un lado, y Junts y la ANC por otro. En vísperas de la ruptura del Govern, Esquerra decidió no participar debido a lo que consideraba un clima hostil contra su estrategia de la distensión. ¿Qué pasará este año?

Los de Oriol Junqueras y Pere Aragonès vuelven a enfrentarse a su pesadilla recurrente. El partido ha confirmado su asistencia este año, pero voces internas señalan el riesgo de someterse a un nuevo aquelarre por parte de los radicales. Además, a falta de pocos días el President Aragonès sigue sin desvelar si irá.

Independentistas con pedigrí e independentistas de segunda

El exlíder de ERC en el Congreso Joan Tardà encabeza el sector contrario a participar de una Diada controlada por los hiperventilados. “No entiendo las dudas sobre si ir o no ir”, dijo en redes sociales, “en la calle con los indepes sí, con quienes nos acusan de colaboracionistas no. Si quieren que rectifiquen”.

No son pocos los dirigentes de Esquerra que ven una pinza de ANC y Junts contra ellos. Creen que hay una intención de dividir a los independentistas con pedigrí (Assemblea y Junts) de los independentistas de segunda (ERC).

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La animadversión con la Assemblea Nacional Catalana viene de largo, cuando la entidad les señaló por “no estar implicados” con la independencia. La situación, lejos de mejorar, ha empeorado debido al distanciamiento de las entidades sociales y las bases respecto de los líderes y los partidos a los que acusan de traidores.

Manifestación independentista con gente llevando camisetas azules y banderas esteladas

El otro polo de tensión está en Junts. El partido de Carles Puigdemont, en horas bajas de popularidad por sus maniobras en la negociación con el PSOE, quiere aprovechar el 11-S para marcar músculo frente a Esquerra. En ERC temen que vuelva a escenificarse una división en la que los postconvergentes salgan ganando.

Ante las vacilaciones de ERC sobre si acudir o no, la ANC se ha limitado a abrir la Diada a todos los independentistas recordando que no hace invitaciones personalizadas. Junts, por su parte, sacó pecho anunciando su participación en la Diada sin reservas.

Termómetro para Junts

La incógnita es saber si el grueso del independentismo mostrará también su animadversión hacia Junts por sus últimas concesiones. Hay que recordar que los de Puigdemont dieron la Mesa del Congreso al PSOE a cambio de tener grupo propio y de pedir la oficialidad del catalán en Europa. Unas rebajas ostensibles a las peticiones iniciales, que fue visto por muchos como una traición.

Primer plano de Jordi Turull con cara de circunstancias

En el independentismo más radical ya ponen en el mismo saco a Junts y a ERC. Pero los juntaires creen seguir teniendo crédito entre amplios sectores y confían en recibir el apoyo mayoritario el próximo 11 de septiembre. Entonces se verá si el pulso dentro del procesismo es entre ERC y Junts, o entre entidades y partidos.