Pilar Rahola inicia una nueva guerra civil en el procesismo
La tertuliana carga contra los sectores más radicales
Pilar Rahola se ha convertido en la portavoz de Carles Puigdemont, y se está empleando a fondo para justificar su polémica decisión. Frente a las críticas de “traidor” y “botifler”, la tertuliana ha salido con todo a justificar sus decisiones. Tan lejos ha ido en su loa al expresident, que ha abierto una nueva guerra civil en el procesismo.
Pilar Rahola cataloga de “hito histórico” lo del catalán en Europa, y se deshace en elogios hacia la capacidad negociadora de Puigdemont. “Ha ganado la estrategia resistente del exilio”, afirma en un artículo en El Nacional, “aprovechando de manera inteligente un momento clave para conseguir un derecho fundamental”.
Pero además, ha cargado contra los sectores del independentismo críticos con la decisión de Junts. Por supuesto ERC, a quienes ha llamado “filfa”, pero también la Assemblea Nacional Catalana (ANC), entidad afín a Waterloo.
Rahola contra los sectores radicales
Su aversión hacia ERC es de sobras conocida. Rahola contrapone el supuesto éxito de Puigdemont a los “partidos que pactaban presidencias de comisión o puestos en la mesa, es decir, la paguita”. Para ella, “los negociadores” de Esquerra “han sido una auténtica filfa, seducidos a la primera palmadita socialista”.
Menos natural es, en cambio, su enfrentamiento a la ANC. La Assemblea acusó a Junts de “blanquear a España en Europa”. Y Rahola, convertida en entusiasta portavoz de Waterloo, les responde que “es una solemne estupidez”.
Según afirma, “solo se trataba de aprovechar el hueco del acuerdo de una mesa”, y a partir de ahora “la importancia de lo que puede pasar para el independentismo será enorme”. En su opinión, el siguiente paso será negociar la amnistía. Y entonces, “cuando la vía judicial de paso a la vía política, se negociarán otras cuestiones nacionales como la autodeterminación”.
El procesismo, más dividido
Para Pilar Rahola, la cosa está clara: la “estrategia resistente del exilio” está consiguiendo “marcar las reglas al Estado”. Destaca que “cuando peor estábamos podemos llegar a conseguir una victoria extraordinaria”. Y considera que “es el final de las negociaciones de mentirijilla y del posibilismo autonomista actual”.
Rahola se ha quedado prácticamente sola defendiendo una decisión que ha soliviantado los ánimos del independentismo. Los sectores más radicales acusan a Puigdemont de claudicar y piden castigar a Junts como ERC y la CUP. Vuelven los llamamientos al abstencionismo, que pone a Waterloo y a sus terminales mediáticas de los nervios.
Pese al triunfalismo de Pilar Rahola, el procesismo está más dividido que nunca y avanza hacia una nueva lucha intestina. Las cúpulas de los partidos, incluido Junts, ya no controlan a las bases. Y el conflicto de la investidura vuelve a poner de manifiesto el proceso de implosión.
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