Pere Aragonès quiere acoger aún más refugiados
El President participa en un forum sobre refugiados en Ginebra
En pleno debate migratorio en Cataluña, el President de la Generalitat, Pere Aragonès, abre las fronteras a más refugiados. Así lo defiende hoy mismo ante la ACNUR (Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados). El President participa en el Forum Mundial sobre los Refugiados de Ginebra.
Su postura es la de defender el compromiso de Cataluña con los refugiados. Por un lado, con los 11 millones de euros que este año destina el Govern a programas de colaboración con la ONU. Y en segundo lugar, con la voluntad expresa de acoger refugiado y participar en la toma de decisiones en esta materia.
El President hace hincapié en el millón de euros destinado para los refugiados en Palestina. Aragonès ha pedido el fin de las hostilidades en Gaza, y ha calificado la ofensiva israelí de “barbarie humanitaria”. Según ha declarado, “no es una respuesta aceptable”, y ha perdido “un alto al fuego inmediato”.
'Una obligación moral'
Pere Aragonès ha publicitado en las redes sociales su presencia en la cumbre de Ginebra. Su valoración es que “la acogida de refugiados es una obligación moral y humanitaria de gobiernos como el de Cataluña”. Por eso ha expresado su voluntad de pasar a primera línea de la toma de decisiones y ganar protagonismo.
Pero además, ha sacado pecho por el reconocimiento de la ONU de “nuestras políticas de acogida, igualdad y feminismo”. Aragonès ha dicho que Cataluña debe contribuir a los “retos globales” con presencia propia en las instituciones internacionales. Por ejemplo en la Cumbre Climática o en la cuestión de los refugiados.
Las afirmaciones de Pere Aragonès contrastan con la crisis migratoria en varios municipios de Cataluña. Concretamente en el Maresme, donde los alcaldes de Junts per Catalunya han respaldado al alcalde de Calella, Marc Buch. Este ha pedido expulsar a los inmigrantes irregulares con delitos reincidentes.
Problemas migratorios en Cataluña
Fue el Govern quien derivó a pueblos de la costa como Calella y Malgrat a 600 inmigrantes irregulares, del contingente que el gobierno español derivó de Canarias a Cataluña. Los alcaldes y los vecinos se quejan de problemas de incivismo. Afirman que los cuerpos y fuerzas de seguridad están desbordados.
Esto ha reabierto el debate sobre los límites de la acogida de refugiados en Cataluña. El auge de fuerzas como Aliança Catalana o el cisma en Junts demuestra que cada vez hay más hartazgo con esta cuestión. Parece que la distancia entre el Govern y los ciudadanos aumenta cada día.
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