Pere Aragonès y ERC se vuelven a salir con la suya con los presupuestos
El PSC de Salvador Illa volverá a votar a favor de los números, de modo que el Govern, con tan solo 33 diputados en el Parlament, podrá agotar la legislatura si así lo quiere
Ha vuelto a pasar. El Govern de Pere Aragonès volverá a sacar adelante su presupuesto pese a tener 33 diputados de 135. Aunque toda la oposición acuse a ERC de no tener rumbo, de no dialogar y de llegar tarde a las principales problemáticas de Cataluña. Habrá cuentas, se aprobarán en semanas y Esquerra podrá llegar plácidamente al final de la legislatura si así lo desea.
A decir verdad, se trataba de un secreto a voces. Se diga lo que se diga, el PSC -sobre todo- y los Comuns hace semanas que sabían que les toca apoyar el presupuesto. Es el efecto dominó que ha aguantado a ERC desde 2022: Barcelona, el Parlament y el Congreso. Este mismo martes, Salvador Illa asumía que el acuerdo está prácticamente cerrado en una entrevista en Televisión Española y admitía que la oferta del PSC "es muy generosa".
El primer secretario del PSC separaba la negociación en el Parlament de la producida en Barcelona ciudad, pero queda evidente una vez más que la política catalana se sigue basando en favores prestados. Yo te ayudo en la capital, te voto lo que pidas en Madrid y a cambio me dejas gobernar en solitario en la Generalitat. Así son actualmente las cosas: aunque Esquerra haya incumplido el pacto para los presupuestos de hace un año, el PSC volverá a votar a favor.
Solo el paso del tiempo nos permitirá explicar cómo una formación con 33 diputados pudo acabar una legislatura convulsa. El Govern de Pere Aragonès ha tenido que asumir problemas graves de seguridad, tanto en Barcelona como en ciudades como Manresa o Molins de Rei. Se ha topado con la realidad de un sistema educativo colapsado, con los peores resultados del Estado. Ha llegado tarde a la sequía, sin los deberes hechos ni un plan para contar con agua.
Pese a esto, Pere Aragonès ha aguantado y, si quiere, será el primer presidente desde José Montilla que agota la legislatura en el Parlament. Ha llovido mucho desde 2010, pero ni Artur Mas fue capaz de aguantar cuatro años seguidos sin convocar elecciones. En el momento en que las perspectivas electorales de ERC son más bajas en años, los republicanos mandan en solitario en la Generalitat, en tres de las cuatro diputaciones, y están a punto de entrar también en el gobierno de Barcelona. No es poca cosa.
¿Un presupuesto para acabar la legislatura?
La gran incógnita es si Pere Aragonès, proclamado ya candidato de Esquerra, agotará los cuatro años. Los rumores en Barcelona apuntan que las elecciones podrían ser antes de acabar el 2024, pero el Govern insiste en qué se llegará a marzo de 2025. Lo cierto es que, con los presupuestos aprobados, los republicanos tendrán la sartén por el mango para escoger fecha y plazos. Es el -¿último?- regalo de Salvador Illa y el PSC a Esquerra, que sigue pendiente de la ley de amnistía para jugar con el calendario.
Pere Aragonès y ERC empezaron la legislatura de la mano de Junts y acabarán con el PSC y los Comuns como socios prioritarios. También en Barcelona, donde ya no queda nada del pacto entre Trias y Maragall. Quizás por aquí se explica el abrupto adiós de Ernest. Es curioso: Sergi Sabrià sale día sí y día también a cargar contra los socialistas, mientras su partido es su socio en Barcelona, el Parlament y el Congreso.
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