Plano medio de Pere Aragonès hablando en el discurso de Sant Esteve con una senyera en el fondo
POLÍTICA

Pere Aragonès se aferra al poder a la desesperada

El President pone la directa para aprobar los presupuestos y tener una vida extra

El Govern hace aguas por todas partes pero Pere Aragonès sigue empeñado en apurar la legislatura hasta el final. El President solo tiene una cosa a su favor, y es que la oposición tampoco tiene prisa. Todos piden elecciones anticipadas, pero luego acaban consumidos en sus propios cálculos de intereses.

Las elecciones autonómicas están previstas para febrero de 2025. Para resistir este último año, Pere Aragonès necesita aprobar los presupuestos y ha empezado a presionar para un amplio acuerdo con los partidos de la oposición. Es la última baza de un ejecutivo en minoría, acorralado por las crisis y sin apoyo popular.

El Govern de Pere Aragonès, con solo 33 diputados de 135, se enfrenta a la rebelión de los sanitarios, el reto de la inmigración, la crisis educativa y el problema de la sequía. PSC y Comunes piden elecciones con la boca pequeña y Junts espera al regreso de Puigdemont. Por eso Aragonès confía en obtener esta vida extra.

Presupuestos y guerra interna

Resistir el último año en la Presidencia del Govern es vital para Pere Aragonès para ganar legitimidad en su batalla interna con Oriol Junqueras. Si los presupuestos no salen adelante y tiene que adelantar elecciones, Junqueras podría pedir su oportunidad. En cambio, agotar la legislatura le daría alas para apostar por la continuidad.

Por eso ha redoblado la presión sobre PSC, Comuns, Junts y la CUP para un gran acuerdo para los presupuestos de 2024. Ha advertido del riesgo de poner líneas rojas y ha fijado los plazos del acuerdo a finales de enero y principios de febrero. Pero los partidos no se lo van a poner nada fácil.

Salvador Illa, en un segundo plano, mira atentamente a Pere Aragonès, en primer plano, mientras este habla desde su escaño en el Parlament

PSC y Comunes han advertido de que no se sentarán a negociar hasta que ERC cumpla con las cuentas anteriores. La CUP ha accedido a negociar los presupuestos, pero avisa de que será una negociación dura. Junts será el principal escollo de los republicanos, por las tensas relaciones que atraviesan.

¿Tripartito a la vista?

Una vez aprobadas las cuentas y si las condiciones lo aconsejan, Pere Aragonès podría avanzar unos meses las elecciones, en otoño de 2024. Las encuestas juegan en contra de los republicanos, que podrían perder peso en el hemiciclo. Además, los independentistas están cada vez más lejos de obtener mayoría.

El panorama arroja un parlamento dividido en el que la única salida para ERC parece ser el tripartito con PSC y Comuns. Los republicanos tendrían que asumir un segundo plano en el nuevo ejecutivo, pero conseguirían retener el poder. De paso mandarían a la oposición a Junts, que ha perdido buena parte de su poder territorial.

Que Esquerra consiga conservar el poder en el momento actual parece una más que digna salida para Pere Aragonès. Solo en el Parlament, con la calle en contra, el partido roto y el Govern en crisis, parece que no puede aspirar a nada más. Solo queda por ver si los partidos de la oposición están dispuestos a darle el oxígeno que necesita.

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