Indignación por la generosa pensión que podrá cobrar Puigdemont gracias a la amnistía

Desde 2003, los expresidentes catalanes tienen una pensión vitalicia. Y el caso de Puigdemont es inédito: la podía cobrar al mismo tiempo que la justicia española lo consideraba un prófugo. Esta circunstancia hacía que su pensión en particular corriera peligro.

Ahora bien, con la amnistía aprobada, el expresidente disfrutará de la pensión con total tranquilidad. La razón para ello es que tendrá la seguridad de no encontrarse obstáculos judiciales en el futuro.

La curiosa situación de Puigdemont

La situación de la pensión de Puigdemont era muy particular: podía darse el caso de disfrutarla aunque estuviera en el limbo judicial. Esto, como informan fuentes jurídicas a Vozpopuli, conduciría al Estado a tener que intervenir para resolver semejante situación. Es decir, que dada su situación judicial no tenía asegurada la pensión.

La amnistía, pues, no hará que le paguen la pensión a Puigdemont, pero sí se la asegura. Al borrarle todos los delitos, se elimina la hipotética situación del Estado impugnando este privilegio que otorga el Parlamento catalán. Porque, si algo parece claro, es que las pensiones de los expresidentes catalanes son todo un privilegio.

Un privilegio catalán

Una vez en la edad de jubilación, los expresidentes tienen derecho a cobrar de 60% salario que en ese momento cobre el Presidente de turno. Quim Torra, por ejemplo, alcanzará en 2027 casi los 92.000 euros anuales. Puigdemont, por su parte, llegará a los 7000 mensuales.

Esta situación lleva a que los políticos catalanes sean los pensionistas públicos mejor pagados de España. Es una pensión que, por ejemplo, duplica la actual pensión máxima y de la que no disfruta ni el Presidente del Gobierno. Algunas Comunidades como Extremadura, Andalucía o el País Vasco eliminaron este privilegio.

‘Dejad de consumir mentiras’

La indignación en redes es mayúscula. Muchos no entienden que Puigdemont pueda disfrutar de semejante retribución con el historial que tiene.

Y más aún: muchas de las críticas se dirigen hacia el PSOE. Les reprochan que, gracias a sus pactos con Junts, puedan perpetuar las pensiones de los expresidentes. Al margen de que fue el propio PSC el que, el pasado mes de marzo, presentó una ley (que no prosperó) para eliminar este privilegio.