Pedro Sánchez se vuelve a rendir ante Marruecos
Moncloa ha organizado un viaje relámpago mientras Rabat sigue sin confirmar la presencia de Mohamed VI
Pedro Sánchez emprenderá hoy un viaje relámpago e improvisado a Marruecos para hacerse una foto con Mohamed VI. Sánchez bebe los vientos por escenificar la reconciliación con el monarca marroquí, después de que el año pasado le dejara plantado. Pero mientras el equipo del presidente ha modificado la agenda a toda prisa, en Rabat ni siquiera confirman que vaya a haber encuentro.
Moncloa anunció por sorpresa en la tarde de ayer la intención del presidente de viajar a Marruecos. Según fuentes oficiales, el viaje se enmarca en la reconstrucción de las relaciones bilaterales. La delegación española pondrá encima de la mesa dos cuestiones urgentes, la inmigración y el narcotráfico.
Sumisión de España a Marruecos
La prisa de Moncloa contrasta con la contención de Rabat, que ni siquiera ha confirmado la asistencia del jefe del Estado. Mohamed VI se encuentra en pleno pulso con el presidente francés, Emmanuel Macron, para que reconozca la soberanía marroquí sobre el Sáhara occidental. El monarca podría utilizar la visita de Pedro Sánchez para redoblar la presión a los franceses.
Pero la casa real alauí también quiere dejar claro quien tiene la sartén por el mango en esta nueva etapa de las relaciones Madrid-Rabat. La inteligencia marroquí abre la puerta a una posible reunión de Mohamed VI con Pedro Sánchez, pero no lo confirman. Quieren escenificar la sumisión de España a los designios de Marruecos.
De hecho, el viaje se ha precipitado por la llamada inesperada de Rabat a Moncloa, después de que Argelina suspendiera la semana pasada una reunión con el ministro de Asuntos Exteriores español. La crisis diplomática entre Argelia y España abren una oportunidad para Marruecos para afianzar su posición en la región. Mohamed VI quiere aprovechar la debilidad de Sánchez para conseguir nuevas ventajas para su país.
Moncloa quiere conseguir la foto entre los dos jefes de Estado para vender el avance de las relaciones diplomáticas entre España y Marruecos. Entre otras cosas, se tratarán temas como la crisis migratoria, sobre todo por la llegada descontrolada de inmigrantes al aeropuerto de Barajas procedentes de Marruecos. Además, Moncloa pondrá encima de la mesa la urgencia de mayores controles para frenar el narcotráfico en el Estrecho.
La sombra de la sospecha
Este viaje se enmarca en la lenta pero sólida reconstrucción de las relaciones diplomáticas de España con Marruecos. Hay que recordar que Pedro Sánchez menospreció al rey Mohamed VI cuando hizo su primer viaje como presidente a Francia, y no a Marruecos como marca la tradición. Esto abrió una crisis que se cerró de forma inesperada con el cambio de posición del Gobierno español respecto a la soberanía del Sáhara occidental.
Desde entonces, se especula con que el cambio de posición obedece a un supuesto chantaje de Rabat después de haber espiado al Gobierno español con Pegasus. ¿Qué información sensible tiene el gobierno marroquí para forzar a Sánchez a cambiar la tradicional posición de España en el Sáhara occidental? Es la pregunta que le han hecho al Gobierno en varias ocasiones, y que aún no ha respondido.
La realidad es que desde entonces, España se ha sometido a todas y cada una de las voluntades de Marruecos. Los viajes de Sánchez al país vecino se han intensificado, aceptando incluso humillaciones como el plantón de hace un año. Mientras, Marruecos sigue utilizando la crisis migratoria como arma de presión sin que el Gobierno de España alce la voz y haga valer los intereses españoles.
Más noticias: