Primer plano de Pedro Sánchez con cara de preocupación
POLÍTICA

A Pedro Sánchez solo le queda una salida

El ‘sanchismo’ está tocado de muerte, pero el PSOE aún no

A Pedro Sánchez solo le valía ganar el debate por goleada, y acabó como un monigote en manos de su adversario. El debate se saldó con un KO y los asesores de campaña del PSOE con las manos en la cabeza. Ayer asistimos no solo al ocaso del “sanchismo”, sino también al ascenso del candidato Feijóo.

Paradójicamente, fue el candidato del PP quien mostró a Pedro Sánchez la única salida viable que le queda: romper con sus socios y facilitar la investidura de Alberto Núñez Feijóo.

Feijóo pone las nuevas reglas

El debate empezó de forma inesperada, con un Pedro Sánchez agitado y sobreactuado frente a un Feijóo contundente y con aplomo. El socialista parecía el aspirante y Feijóo el candidato a la reelección. Uno a uno, el popular fue ganando todos los bloques a la espera del asalto definitivo.

Captura de la previa del debate entre Sánchez y Feijóo el 10 de julio de 2023

Y llegó con el tema estrella del debate, los pactos electorales. Sánchez se obcecó con los pactos PP-Vox sin darse cuenta de que la estrategia que muy sutilmente estaba desplegando su rival. Feijóo le tendió la mano para formar un gobierno de centro moderado, acorralando a Sánchez es un callejón sin salida.

Con ello consiguió dos cosas. Una, desembarazarse de la estrategia de Sánchez de presentar al PP como lo mismo que Vox. Y dos, darle la vuelta a la tortilla y presentar al PSOE de Pedro Sánchez y al partido de Santiago Abascal como dos extremos que se retroalimentan.

A Sánchez le queda una salida

En la batalla del y tú más, Feijóo consiguió hábilmente presentarse como el candidato de la moderación en estas elecciones. El popular puso encima de la mesa la solución que evitaría tener que gobernar con Sumar, ERC, EH Bildu y Vox. Sánchez, nervioso y cegado, rehuyó la propuesta que puede salvar su proyecto a largo plazo.

Pedro Sánchez perdió ayer las pocas opciones que tenía de remontar las encuestas. Ante esta situación, alejarse de sus socios y buscar la centralidad puede ser la única salida que le quede. 

A corto plazo, rectificar su estrategia y alejarse de sus socios Frankenstein puede evitar la fuga de votos al centro que ahora representa Feijóo. Si el PSOE salva los muebles en las elecciones y sus socios se hunden, tendrá más argumentos para facilitar un gobierno del PP. El sanchismo está tocado de muerte, pero el Partido Socialista aún no.

A largo plazo, el PSOE tendría cuatro años para hacer una oposición sensata con grandes pactos de estado. Es decir, volver al bipartidismo para sacudirse la losa de los extremos que han desgastado al partido. Y resarcirse para preparar un nuevo asalto en la próxima legislatura.

Los extremos se alejan del centro

Parece difícil que Pedro Sánchez, más enrocado que nunca, vaya a cambiar de estrategia a estas alturas de la película. Y eso, a pesar de que sus socios marcan distancias. Gabriel Rufián se reía anoche de él, y Yolanda Díaz se presentaba como la única alternativa que queda viva en la izquierda.

El debate también evidenció el divorcio entre PP y Vox. Feijóo utilizó el lío de Murcia para marcar distancias con el partido de Abascal, y el líder de Vox cargó duramente contra el popular tras el debate. Los dos están condenados a entenderse, pero reconstruir los puentes tras el 23-J será más difícil de lo que parecía.

En realidad, y aunque parezca irónico, todo está ahora en manos de Pedro Sánchez.

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