Montaje fotográfico con los 2 líderes independentistas Puigdemont y Junqueras, con Pedro Sánchez en primer plano y una manifestación llena de esteladas de fondo
POLÍTICA

Pedro Sánchez el seductor y los errores de Oriol Junqueras y Carles Puigdemont

El problema para Sánchez no es el terrorismo, es que asume que la ley de amnistía será el cierre de una etapa, cuando para Junts y ERC es todo lo contrario


Cada vez tengo más ganas del tercer libro de Pedro Sánchez, donde cuente su historia de amor -y desamor- con Carles Puigdemont. Iba a decir: ¡"Menudo papel le ha tocado al presidente del Gobierno!", pero él se lo ha buscado. Pese a los volantazos de Junts, las caras de póker en el Congreso al perder la votación, ahí sigue Pedro enviando cartas de amor a Carles y sacando su lado más seductor.

Pocas horas después del fracaso de la ley de amnistía, el líder del PSOE aprovechaba su presencia en Bruselas para lanzar un mensaje conciliador con Junts. "Como todo el mundo sabe, el independentismo catalán no es terrorismo. Con este proyecto de ley, estoy convencido de que van a estar amnistiados todos los independentistas catalanes porque no son terroristas". Para muchos, este ha sido el titular de la noticia: no hay casos de terrorismo según el presidente del Gobierno. 

Sin embargo, hay otra declaración de Pedro Sánchez mucho más significativa: "Todos hemos cedido para lograr una ley valiente, reparadora, constitucional", añadía. Vamos a analizar la frase punto por punto. Primero de todo, el presidente del Gobierno pone sus cesiones en el mismo nivel que los partidos procesistas. Es algo sorprendente, partiendo de la base de que el PSOE no quería ni hablar de la amnistía hace tan solos unos meses. A uno le gustaría saber qué cesiones ha hecho ERC en la ley de amnistía y en qué piensa ceder Junts, que sigue pidiendo una amnistía integral y esgrime su no porque no quieren "dejar a nadie en el camino". 

Montaje con un plano medio de Pedro Sánchez grande en el medio y otro de Carles Puigdemont y Oriol Junqueras más pequeños sonriendo

Pedro Sánchez habla también de valentía, un término subjetivo. Lo que él considera valiente, para muchos puede ser considerado insensato o hipócrita. No solo porque la amnistía no entraba en los planes del PSOE, sino también porque lo que para él es un punto y final, para Junts y ERC es un nuevo inicio. Lo han dicho por activa y por pasiva, con la ley amnistía nada acaba, vuelve a empezar la rueda del hámster y tocará hablar del referéndum. El cuento de nunca acabar.

Los errores de Junqueras y Puigdemont

El secretario general del PSOE asegura que la ley es reparadora, que sirve para resolver "una crisis constitucional" que él no provocó. La amnistía servirá como paso definitivo para enmendar "también" aquellos "errores" que cometieron los procesistas. Las comillas no son mías, sino palabras textuales de Pedro Sánchez. Y, atención, esto es lo que deberíamos tener realmente en cuenta. Es en esta afirmación donde queda claro que el pacto entre el PSOE y Junts no se hace desde la normalidad, desde el respeto mutuo. 

Seis años después, ni Oriol Junqueras ni Carles Puigdemont han asumido error alguno. Para ellos, la ley de amnistía constata que hubo una mala praxis del Estado y que en el uno de octubre de 2017 no se cometió delito alguno. Tampoco han pedido perdón a sus votantes ni han explicado por qué no hicieron todo lo prometido ni qué hicieron mientras decían que preparaban las estructuras de estado.

Montaje con un plano medio de Carles Puigdemont hablando desde la tribuna del Parlamento Europeo y otro de Pedro Sánchez haciendo lo mismo

El PSOE señala que sus actuales socios también cometieron errores, asumiendo los propios. Sánchez ya se rebajó en el acuerdo con Junts asumiendo una óptica indepe de lo sucedido en Cataluña en 2017. El principal problema es que lo hizo pidiendo solo a cambio los votos de Puigdemont. Nadie en el procesismo ha asumido errores ni haberse saltado la legalidad. Y, claro, eso les legitima.

Sánchez quiere vender la ley de amnistía como el cierre de una etapa donde dos partes piden perdón. Al otro lado de la mesa no solo no se asumen errores, sino que se sigue señalando al Estado como prevaricador, franquista y nada democrático. No hace falta ser muy listo para darse cuenta de que aquí no se acaba nada, que el procesismo no entiende la ley como una oportunidad para iniciar una nueva etapa en Cataluña, sino que se trata de un balón de oxígeno para mantenerse en el poder 

Es evidente que mucha gente tiene claro en Cataluña que no hubo actos de terrorismo. Servidor es uno de ellos. Por eso, el titular no debería ser este, sino la asunción por parte de Pedro Sánchez de algo que no es cierto. Los otros no pedirán disculpas, simplemente aprovecharán tu debilidad para volver a la casilla de salida procesista, que no indepe: lo que les importa es seguir teniendo su situación de privilegio.

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