Pedro Sánchez gana el pulso a los barones

Pedro Sánchez escribió ayer un nuevo capítulo de su manual de resistencia al superar con creces las expectativas electorales del PSOE e impedir el gobierno de la derecha. La remontada le perpetúa al frente del partido y mantiene vivo al sanchismo para desgracia de sus detractores en las filas socialistas.

Pedro Sánchez planteó una campaña personalista con el aparato del partido en contra. Los barones socialistas le dejaron solo ante el peligro después de su decisión de meter mano a las listas. El secretario general del PSOE tenía claro que una derrota contundente suponía su final político.

Hace unos días el PSOE era un partido desgarrado, anémico y sin ninguna esperanza de levantar el vuelo. Pero con el paso de los días Ferraz se fue agarrando a las señales que indicaban una remontada. Los socialistas no solo han mejorado los resultados de 2019, sino que tienen la posibilidad de gobernar.

El factor clave ha sido Pedro Sánchez, al que los barones le habían planteado un pulso y al que ya buscaban sustituto. El líder socialista ha sabido mostrar su cara más amable y atraer el voto útil espoleando el miedo a Vox. Su victoria cierra las puertas a un sector del partido que soñaba con dar portazo al sanchismo y abrir un nuevo ciclo político.

Rebelión interna contra Sánchez 

En los últimos meses, figuras como Juan Lobato (Madrid), Javier Lambán (Aragón), Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha), Luis Tudanca (Castilla y León) y Ximo Puig (Comunidad Valenciana), han liderado una revuelta silenciosa contra Sánchez.

Estos barones socialistas con un gran peso en el partido reprochaban al secretario general la deriva de un PSOE arrastrado por Podemos y en manos de Junqueras y Otegi. Tras la debacle del 28-M, Sánchez convocó elecciones para evitar el ruido de sables dentro del partido. Su decisión de intervenir en las listas fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de los dirigentes territoriales.

Hasta ayer pensaban que el PSOE se la pegaría y que se abriría un proceso de relevo para devolver el partido a la centralidad. Soñaban con un nuevo liderazgo que devolviera el poder a las federaciones y rompiera la alianza con Podemos y los independentistas.

No en vano Feijóo dijo que llamaría a los barones socialistas para que convencieran a Sánchez de facilitar su investidura si ganaba.

No habrá relevo en el PSOE

Pedro Sánchez empezó a escribir su leyenda en 2014, cuando contra todo pronóstico ganó las primarias frente a Eduardo Madina. En 2017, fue apartado por la dirección del partido tras su decisión de no facilitar el gobierno de Mariano Rajoy. Dispuesto a desafiar al aparato del PSOE, Sánchez se presentó a las primarias contra Susana Díaz, y las ganó.

Desde entonces se convirtió en el secretario general de las bases e inició el camino de la radicalización. Así fue como pasó de querer fraguar un gobierno con Ciudadanos a abrazar la alianza con Podemos. 

Durante estos años se ha enfrentado al establishment de su partido y a influyentes círculos de poder económico. Fue así como consiguió hacer caer el gobierno de Rajoy, y ha sido así como ha frustrado el primer gobierno de coalición de derechas. Una vez más, la operación de los barones no ha podido contra la leyenda de Sánchez.