Los partidos catalanes toman posiciones para una larga campaña electoral
La inmigración, la seguridad y la amnistía marcan la actualidad de la agenda catalana
Pere Aragonès ha afirmado por activa y por pasiva su intención de agotar la legislatura, y a los partidos de la oposición no parece importarles mucho. Las elecciones catalanes serán a mucho tardar en febrero de 2025. Si finalmente hay un adelanto, podrían celebrarse como muy pronto en otoño del presente año.
Pese a que aún quedan meses, los partidos ya han empezado a tomar posiciones en lo que se prevé como una larga campaña electoral. La inmigración, la seguridad y la amnistía prometen ser los temas estrella de la campaña. Sobre estas cuestiones, los partidos han empezado ya a definir su estrategia electoral.
Las encuestas señalan una clara mayoría del PSC, aunque insuficiente para gobernar en solitario. Además, el independentismo no sumaría y el PP de Alejandro Fernández estaría en situación de dar un salto importante. Estas pueden ser también las elecciones de las sorpresas, con partidos en crisis (Comuns, CUP, Ciutadanas) y fuerzas que piden paso como Aliança Catalana o el independentismo indignado.
ERC, sin novedad en el frente
Tras muchas dudas y especulaciones, Pere Aragonès ha confirmado que repetirà como candidato y ha obtenido el aval de la cúpula. ERC apuesta por el perfil institucional del president de la Generalitat. Pero el desgaste de su figura y el descrédito del Govern pueden arrastrar al partido al desastre electoral.
La estrategia de Esquerra pasa por resistir a la debacle de los partidos procesistas y, con un resultado decente, poder formar tripartito con PSC y Comuns. Su campaña electoral se basará en reforzar el ideario woke que llevan promoviendo desde el Govern, sobre todo en materia de inmigración. El otro campo de batalla será la defensa de su estrategia de la negociación en Madrid, con el referéndum como horizonte.
Junts o el retorno de Convergència
Donde sí habrá cambios, y muchos, es en Junts, que aún no ha decidido quién será su candidato. Puigdemont apunta a las elecciones europeas, así que lo más probable es que el partido se decida por Jordi Turull. Si la ley de amnistía no llega a tiempo, Josep Rull podría ser el candidato ideal para los juntaires.
A nivel estratégico, el partido ha iniciado un viraje con la intención de recuperar el espíritu de la vieja Convergència. Junts quiere convertirse en el partido del orden en Cataluña para competir electoralmente contra la amenaza de Sílvia Orriols, y de ahí su endurecimiento del discurso en inmigración. Su campaña se basará en señalar el fracaso del Govern y en defender su política en Madrid frente al servilismo de ERC.
PSC y el asalto al poder
El PSC lleva tres elecciones consecutivas ganadas en Cataluña pero sigue sin probar las mieles del poder. La candidatura de Salvador Illa tiene la misión de ganar las elecciones y gobernar, y los sondeos de momento le son favorables. Su campaña se basará en devolver el sentido común tras diez años perdidos de procesismo.
El PSC ha llevado a cabo una oposición relativamente blanda, haciendo muchas veces de muleta del Govern. Durante la campaña es previsible que denuncie la incompetencia del Govern, focalizando temas como la seguridad y la educación. Últimamente también están erradicando el buenismo de su discurso sobre la inmigración.
Comuns y CUP, en horas bajas
Los Comuns llegan a estas elecciones muy debilitados por la crisis entre Podemos y Sumar que ha causado una avalancha de bajas. Los de Jéssica Albiach apenas cambiarán nada de su discurso, y volverán a recurrir al mantra de frenar a la ultraderecha. Su objetivo, igual que ERC, es tocar poder gracias a un tripartito.
Lo de la CUP es aún más incierto, porque los anticapitalistas se encuentran en pleno proceso de refundación. El partido ya se quedó sin representación en el Congreso, y en las catalanas podrían perder algunos diputados más. Para contrarrestar la desmovilización, apelarán al voto útil que garantice una mayoría independentista.
El PP, licencia para soñar
El PP de Alejandro Fernández se ha convertido en la gran propuesta para hacer frente a la alianza socialista-separatista. Su órdago a la dirección nacional cuando Feijóo llamó a la puerta de Junts le relanzó como líder de la derecha antiprocesista. Los sondeos le dan entre 12 y 17 diputados (ahora tiene 3) y le sitúan como cuarta fuerza política.
El PPC se convierte así en el partido que recoge la indignación por las concesiones de Pedro Sánchez al independentismo. Su campaña se basará en explotar los temas de la inmigración y la inseguridad, haciendo una enmienda total a la obra del Govern. Fernández habla de “década perdida” y la urgencia de un gobierno que devuelva el seny.
Vox contra todos
Tras la explosión de las últimas elecciones, parece difícil que Vox puedan aguantar el tipo y según los sondeos perderían entre dos y cinco diputados. Para revertir la tendencia, el partido confía en el ímpetu de Ignacio Garriga. La mano derecha de Abascal y político emergente en Vox sabe también lo que es el barro de la política catalana.
Vox también ha empezado la precampaña utilizando la tribuna de oradores del Parlament para arremeter contra la inmigración ilegal y la inseguridad. Garriga apela a Vox como única defensa de los barrios empobrecidos y sometidos a la presión migratoria. Además de centrarse en la crítica al PSC por su alianza con el independentismo, también tratará de ganar terreno al PP señalando su tibieza.
Ciutadans, la lucha por la supervivencia
Ciutadans, que ahora tiene seis diputados en el Parlament, podría desaparecer por primera vez del Parlament desde su irrupción en 2006. A diferencia de Vox, que centra su discurso en la inmigración, Cs se enfoca en la lucha contra el separatismo. Los naranjas también han empezado a hacer campaña sacando banderas en la tribuna de oradores.
El problema de Ciudadanos es que también atraviesa una crisis de partido, con muchas fugas de dirigentes y serios problemas económicos. Con los recursos limitados, el partido quiere centrarse en las elecciones europeas. Pero si quieren sobrevivir tienen que mantener el feudo donde empezaron su andadura, Cataluña.
Sílvia Orriols y la ANC, dos incógnitas
Sílvia Orriols quiere dar la sorpresa al frente de Aliança Catalana, presentándose como alternativa al procesismo y las políticas buenistas. El independentismo identitario defiende más controles migratorios y declaración unilateral de independencia. De momento, ya ha conseguido marcar la agenda política de los partidos tradicionales.
REPORTAJE: Hablamos con vecinos de Ripoll sobre las reciente polémicas de Sílvia Ripoll (SUB. ESP)
La otra incógnita es la lista cívica que quiere impulsar la ANC para ser una alternativa a ERC, Junts y la CUP. La militancia votará entre el 1 y el 14 de marzo si quieren que se haga la lista y luego tendrán que decidir quién la encabeza. La intención es recoger la indignación del independentismo contra la traición de los partidos procesistas.
Más noticias: