Las otras consecuencias del 'no' de Junts a la amnistía
Peligran los presupuestos de 2024 y ERC y Junts entran en campaña electoral
El último desplante de Puigdemont a Sánchez, dejando la ley de amnistía en un limbo, deja en entredicho la legislatura que acaba de arrancar. La principal preocupación del PSOE son ahora los presupuestos de 2024, tocados de muerte por la parálisis del Congreso. Además, la prórroga de la ley de amnistía y la guerra ERC-Junts, ya metidos en campaña electoral, añaden más incógnitas a un gobierno en crisis.
El Gobierno de Pedro Sánchez había marcado unos plazos para dar seguridad y estabilidad a la legislatura. La clave era aprobar los Presupuestos Generales del Estado en marzo, para que entraran en vigor en junio. Con la ley de amnistía ya aprobada y en marcha, PSOE y Sumar tendrían encarrilada la primera parte de la legislatura en verano.
El Gobierno podría dedicarse a partir de septiembre a aprobar y desplegar las leyes más importantes, en materia fiscal, económica y social. Pero el ‘no’ de Junts a la ley de amnistía mete al Congreso en un período de parálisis, y obliga a Sánchez a alterar sus planes. La pregunta es ahora si peligra el segundo Gobierno de coalición.
Peligran los Presupuestos de 2024
Una vez rechazada la ley de amnistía, esta vuelve a la Comisión de Justicia donde estará entre 15 días y un mes. Puesto que PSOE y Junts no se ponen de acuerdo en las enmiendas, lo más seguro es que los trámites se acaben prorrogando incluso más. El problema es que el Gobierno ha ligado los presupuestos a la ley de amnistía.
La dilatación de los plazos para aprobar la amnistía mete al Congreso en una parálisis que acaba afectando de soslayo a los presupuestos. Estos no se aprobarán, como muy pronto, hasta después de verano. Una situación de excepcionalidad, que según todos los expertos fiscales obligará a prorrogar las cuentas de 2023.
Pero el tema es más grave de lo que parece, porque añade un factor de inestabilidad a un Gobierno ya de por sí muy endeble. La negociación de los presupuestos es la más dura de todas las leyes, y un simple desacuerdo puede hacer saltar por los aires el acuerdo. Un panorama que crea inseguridad jurídica, nervios en Bruselas, y sonrisas en la oposición.
ERC y Junts, en campaña electoral
Otro motivo de preocupación para el Gobierno de Pedro Sánchez es la sombra de las elecciones catalanas. Hasta ahora, esto no tenía porqué ser un problema, e incluso podía ser visto como una ventaja para los socialistas. Pero el portazo de los postconvergentes a la amnistía ha recrudecido la guerra entre ERC y Junts, que entran ya extraoficialmente en campaña electoral.
Lo de ayer evidencia la ruptura de la unidad que los partidos independentistas habían conseguido reconstruir para negociar la ley de amnistía. ERC acusa a Junts de poner en riesgo el mayor logro del independentismo en años. JxCat se gana el aplauso fácil y marca músculo frente a la sumisión de los republicanos a Madrid.
Con los presupuestos paralizados y el Gobierno a merced de los vaivenes de un Junts en campaña, la legislatura entra en un nuevo escenario. El PSOE hace de tripas corazón y advierte a Puigdemont, “lo que está en riesgo no es la legislatura, sino la amnistía”. El Presidente está dispuesto a seguir adelante y ya ha empezado a rehacer el calendario para salvar el primer año de la legislatura.
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