Primer plano de Marc Buch con una ligera sonrisa. De fondo, una imagen con colores azules y rosas
POLÍTICA

La oposición en Calella tira de buenismo y deja al alcalde solo contra la delincuencia

Niegan el problema y proponen más atención a la educación y a la pobreza


Una docena de extranjeros tiene atemorizada la ciudad costera de Calella, en la comarca del Maresme (Barcelona), de 20.000 habitantes. Este fin de semana calaron fuego en un piso del centro, y se enfrentaron con palos y machetes contra la policía. Se trata de ladrones y traficantes que acumulan más de 260 detenciones.

El alcalde Marc Buch (Junts) ha estallado contra la “inseguridad” que generan, y ha pedido el apoyo de la Generalitat y los Mossos d’Esquadra. Habló de “situación compleja” y exigió la “expulsión inmediata” de los delincuentes. Ante su reclamación, la oposición se ha puesto de perfil y ha preferido tirar de buenismo.

Albert Comas, de la CUP, ha hablado de “alarmismo” por transmitir la idea de que en Calella hay un problema de seguridad. Para Sebastián Tejada, de En Comú Podem, un operativo especial para sacar a estas personas de circulación “no solucionaría el problema de raíz”. Y Xavier Ponsdomènech, de ERC, ha dicho que “no haremos política con la seguridad”.

Junts per Catalunya ganó las elecciones municipales en Calella el pasado 28 de mayo, y sus seis concejales gobiernan el municipio junto al PSC. ERC fue la segunda lista más votada, con tres concejales. Por detrás vienen el movimiento Estimem Calella, con 2 sillones, y Podem, PP y la CUP, con uno.

Calella, tomada por unos vándalos

El gobierno local de Calella ha pedido ayuda porque se encuentra desbordado ante el grave problema de seguridad. Un problema que vienen arrastrando de hace meses. En noviembre del año pasado, el ayuntamiento pidió ayuda al Govern y a la Fiscalía porque los vándalos son menores extutelados por la Generalitat.

Los altercados de este pasado fin de semana han sido la gota que ha colmado el vaso. El periodista especializado Carlos Quílez habló en TV3 de “delincuentes ultramegareincidentes” que “entran y salen” con “pequeños delitos” basados en “atemorizar a la gente”. Los delincuentes están localizados, la policía sabe quienes son, y por eso el alcalde ha pedido más contundencia.

La comarca del Maresme es una de las más tensionadas en Cataluña por el aumento de la migración. Además, tras la última crisis migratoria en Canarias, en octubre, el Govern envió a hoteles de la costa a parte del contingente de irregulares derivado de las islas a Cataluña. En Calella llegaron 300 inmigrantes ilegales de golpe.

La oposición mira hacia otro lado

En lugar de respaldar al gobierno local en su lucha contra estos delincuentes, la oposición ha decidido mirar hacia otro lado. ERC, el segundo partido más votado, ha dicho que “lo que no haremos es hacer un problema político de la seguridad como se ha intentado hacer aquí. No jugaremos a hacer política con una cosa tan seria”.

Enric Gómez, de Estimem Calella, ha reconocido que “necesitamos muchos más efectivos de Mossos d’Esquadra”. Pero en cambio el concejal de En Comú Podem ha propuesto como solución “atención social, atención a la educación y a la pobreza”. El representante de la CUP dice que “existen casos concretos” pero que “en cifras reales” no hay más delincuencia que en años anteriores.

Unas recetas que no convencen a los vecinos, como se puede leer en las redes sociales. “El alcalde ha encontrado el problema, los partidos que no lo vean se arrepentirán”, dice un comentario. Otros critican a la "izquierda pontificadora" y los políticos "que viven de la paguita" y "de espaldas a los problemas de la gente".

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