La oportunidad que Salvador Illa y el PSC no deberían desaprovechar
Todo indica que los socialistas ganarán las elecciones catalanas. Salvador Illa tiene dos meses para desmarcarse del procesismo e iniciar de verdad una nueva etapa en Cataluña
Pasajeros, al tren. Cataluña vive ya un clima electoral inesperado, con muchas incógnitas y pocas certezas. Una de ellas es que Salvador Illa parte con ventaja, está llamado a volver a ganar las elecciones y parece muy difícil que no gobierne. Otra realidad ya conocida es que Junts y Esquerra no harán presidente al líder del PSC.
Tanto Sergi Sabrià como Jordi Turull lo han dicho varias veces: no contemplan formar Govern con Salvador Illa, de modo que el panorama se despeja bastante. O bien hay un pacto entre procesistas si llegan a sumar 68 diputados, o Salvador Illa es capaz de tejer una alternativa a Junts y ERC. Y es aquí donde el primer secretario tiene una oportunidad que aún no ha sabido aprovechar del todo: si realmente quiere romper con el Procés, debe ser valiente.
Es sabido que la política de alianzas en el Congreso de los Diputados ha dejado al PSC con las manos relativamente atadas. Durante dos años ha aprobado -o lo ha intentado al menos- los presupuestos de Pere Aragonès, evitando así provocar elecciones anticipadas. Los votos de Esquerra eran y son necesarios para Pedro Sánchez, de modo que Illa esperaba turno.
La inestabilidad política actual en Madrid y Barcelona abre un nuevo escenario. En función de lo que suceda el 12 de mayo, la legislatura española puede colapsar, lo que significaría el adiós de Pedro Sánchez y una oportunidad para Salvador Illa. Si es así, el PSC tendría las manos libres para pactar con quien quisiera y hasta explorar la fórmula Barcelona, donde Collboni fue investido con los votos de Comuns y PP.
La oportunidad que ahora tiene Salvador Illa
Para llegar a esta posibilidad, el PSC debe decidir qué camino tomar. El procesismo ya lo ha marcado como el enemigo a batir y está dispuesto a dejar Cataluña al borde del colapso tras las elecciones. Conseguida la ley de amnistía, todo lo demás pasa a ser secundario en el Congreso. Si no logran gobernar ellos la Generalitat, el bien común pasará a un segundo lugar.
Es aquí donde Salvador Illa no debe desaprovechar la oportunidad y se debe esforzar para lograr una mayoría alternativa. Tiene dos meses para lograrla, para convencer a aquellos que recelan del PSC porque creen que pactará con Junts y/o ERC. Es por aquí donde los socialistas pueden crecer. Si realmente ofrecen a la ciudadanía una nueva etapa, "hablar de lo que realmente importa a los ciudadanos", deben aprovechar cualquier alianza que les permita romper con el Procés.
Illa ya sabe que solo podrá pactar con Puigdemont o Junqueras si los otros son los presidentes de la Generalitat. Se le permitirá entrar en el Govern como muleta. De lo contrario, tocarán nuevas elecciones, como hacen los niños que se enfadan y se llevan el balón para que nadie juegue. El PSC no debe caer en la trampa que le ha parado el procesismo: debe ser capaz de plantar una alternativa creíble y distanciarse de ellos, porque ya le han avisado que no le darán sus votos, aun sabiendo que el PSC sí que lo haría.
Tras casi quince años de Procés, quizás ha llegado el momento de una nueva etapa, que solo se puede iniciar sin los procesistas. ¿Parece evidente, verdad? Pues solo lo puede hacer Salvador Illa si es capaz de superar los actuales roles. Es necesaria la valentía, pues. También la aritmética, a decir verdad: Si seguimos la fórmula Barcelona, el PSC necesitaría sumar 68 escaños, algo complicado ahora mismo.
Ahora bien, nada es imposible. Y esto pasa por un PSC que sale a ganar la partida, que confronta a ERC y Junts y planta cara al procesismo. Solo así Salvador Illa podrá llegar a ser presidente de la Generalitat.
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