ONG's de Barcelona ya no podrán empadronar en sus sedes
El Ayuntamiento pretende llevar un control más estricto de los empadronamientos en la ciudad
Varapalo a las ONG’s situadas en Barcelona. Según ha informado el diario ARA, el ayuntamiento del alcalde Collboni no permitirá el empadronamiento de personas en las sedes de estas organizaciones. Así mismo, se anulará el padrón de las personas afectadas, que tendrán que retomarlo por otros cauces. Las ONG’s ven con preocupación la medida y están a la espera de más información.
Por el momento, calma tensa
Según varias cartas a las que ha tenido acceso el ARA, el Registro de Barcelona se ha puesto en contacto con algunas ONG’s para avisar de un cambio de calado. A partir de ahora, ya no podrán presentar su sede como lugar de residencia para conseguir el padrón a menos que ofrezcan una cama.
Por el momento, las fuentes consultadas por el ARA no quieren pronunciarse demasiado porque están en conversaciones con el Ayuntamiento. En cualquier caso, manifiestan su preocupación ante una medida que, además, dejará sin efectos los padrones que ya se han hecho de esta manera, que pueden alcanzar alrededor de las 1.000 personas.
El objetivo del consistorio es centralizar los padrones para llevar un registro fiel. Y es que, según la carta remitida a estas organizaciones, sus sedes sociales “no se corresponden a una vivienda”. De esta manera, parece que el PSC quiere poner fin a una posibilidad administrativa que, hasta la fecha, se usaba para empadronar a personas que están fuera del circuito burocrático estándar.
El ‘efecto llamada’ de Barcelona
El ayuntamiento de Barcelona se defiende de la misma manera que lo hacen el resto de ayuntamientos cuando tienen algún tipo de polémica con el padrón: insistir en que velan por el cumplimiento de los requisitos. Esto incluye enviar a funcionarios al domicilio en cuestión para comprobar que no se producen fraudes de ley o, en caso de ser necesario, atender a las personas que están fuera del circuito.
Por el momento, y a la espera de ver cómo se concreta este cambio, hay prudencia entre las diferentes partes implicadas. El Síndic de Greuges, por ejemplo, ya cuestiona cómo se organizará el ayuntamiento para garantizar los tratamientos médicos urgentes de las personas afectadas.
De fondo, late una exigencia que Barcelona tiene desde hace tiempo. Y no es otra que el Ayuntamiento se queja del efecto llamada que tiene la ciudad a la hora de empadronar, que es la puerta a los diferentes servicios sociales.
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