Montaje de Francina armengol con Junqueras y Puigdemont

POLÍTICA

El ocaso de Francina Armengol, la apuesta de ERC y Junts en el Congreso

El 'caso Koldo' podría llevarse por delante a la expresidenta balear, que fue la piedra fundacional de la alianza entre


En plenas negociaciones para la investidura, ERC y Junts hicieron valer su posición de fuerza para imponer a Francina Armengol como candidata socialista a la presidencia del Congreso. El PSOE necesitaba el apoyo de los independentistas catalanes para ganar al PP la batalla por el control de la mesa. Los de Junqueras y Puigdemont vetaron a Miquel Iceta y a Meritxell Batet, e impusieron a Francina Armengol por su “inequívoco compromiso con la realidad plurinacional del Estado”.

La candidatura de Francina Armengol se impuso a la de Félix Bolaños, que también estaba en las quinielas. Los independentistas vieron en ella a la representante del ala federal del PSOE, que además venía de gobernar ocho años con los nacionalistas en Baleares. Ahora, la viga maestra a partir de la cual empezó a levantarse el edificio del segundo gobierno de coalición ha empezado a agrietarse.

Francina Armengol está siendo investigada por los contratos del gobierno balear cuando era su presidenta, vinculados a la trama de corrupción de las mascarillas. El cerco sobre ella se ha estrechado un poco más este lunes, cuando el PP ha solicitado a través de un escrito su dimisión inmediata. La caída de Armengol supondría un duro golpe para el sanchismo, pero también para el procesismo, defensor de su figura.

Las polémicas que rodean a la expresidenta balear

La justicia investiga a Francina Armengol por supuestamente haber facilitado la contratación de mascarillas con sobreprecio a sabiendas de que eran fraudulentas. El juez de instrucción apunta a José Luis Ábalo como intermediario entre Koldo García, cabecilla de la trama, y la administración balear. La fiscalía europea ha pedido también que se investigue a Armengol por posible uso fraudulento de los fondos europeos.

Montaje de Francina Armengol y José Luis Ábalos

Esta no es la primera vez que Armengol se ve salpicada por un escándalo. La expresidenta balear fue sorprendida tomando copas en un bar de Palma de Mallorca en plena vigencia de las restricciones por el coronavirus. Incumplía así el toque de queda aprobado por su propio gobierno, lo cual le valió una reprimenda del resto de formaciones.

La expresidenta también se vio cuestionada tras la violación en grupo a una menor tutelada en Mallorca, a finales de 2019. La agresión sexual destapó una red de prostitución y tráfico de drogas con la implicación del gobierno presidido por Armengol. Según informaron varios medios, el ejecutivo balear conocía los hechos pero hizo la vista gorda.

Así mismo, acusaron al gobierno de Armengol de promocionar una serie de carteles donde se acusaba a los jueces de machistas. También acusaron a la presidenta de nepotismo, ya que su marido de ganar 4,3 millones de euros en la empresa que abandonó dos días antes de la detención de Koldo García. Finalmente, Armengol se vio cuestionada por la exigencia del catalán a médicos y enfermeras de los hospitales públicos.

Armengol, admirada por el independentismo catalán

Francina Armengol se ganó la admiración del independentismo catalán por haber puesto fin a la hegemonía del PP en un territorio que consideran parte de los Països Catalans. La líder socialista prometió rehacer los puentes con Cataluña y entre otras cosas reintegró las islas al Institut Ramon Llull y permitió la reciprocidad entre TV3 e IB3. En sus primeros años de mandato mantuvo una relación de gran complicidad con Carles Puigdemont.

Con su defensa de la unión cultural y económica de Cataluña, Valencia y Baleares, fue vista como representante de un socialismo más sensible a la plurinacionalidad. Su oposición al 155 en Cataluña y su política lingüística acabó por elevar su figura dentro del procesismo. De ahí que Puigdemont y Junqueras vieran en ella a la pieza fundamental para impulsar en el Congreso sus demandas, como el uso del catalán.

Caprichos del destino, ahora Armengol puede acabar como una representación trágica del naufragio del PSOE y sus socios independentistas. En Ferraz están intentando retrasar al máximo la decisión, pero es posible que la presidenta del Congreso acabe dimitiendo para frenar la crisis de gobierno. De momento, significativamente, ERC y Junts guardan silencio.

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