Montaje con Carles Puigdemont visiblemente enfadado y Pere Aragonès sonriendo con el Parlamento de Catalunya de fondo
POLÍTICA

Nueva pelea entre ERC y Junts

El procesismo se enfrenta por la mesa de diálogo


ERC y Junts se han enzarzado en una nueva pelea a cuenta de la estrategia para llegar a la independencia. El President de la Generalitat, Pere Aragonès, ha invitado a Junts a unirse a la mesa de diálogo impulsada por Esquerra. El partido de Puigdemont responde que no han recibido ninguna oferta formal.

Además, recuerdan que fueron vetados por el president Aragonès, y que de hecho “esta fue una de las razones de la salida del Govern”. También achacan a Esquerra “la falta de una estrategia coordinada del independentismo y la unidad de acción en Madrid”. Los postconvergentes aprovechan para reivindicar su estrategia.

“Junts siempre ha considerado improductiva la estrategia del diálogo y ha apostado por la negociación bilateral y con un mecanismo de verificación internacional”, dicen. Se trata de una clara justificación de su acuerdo con el PSOE. Y un órdago a ERC, que se jacta de haber atraído a Junts al terreno de la negociación.

Aragonès lanza un órdago

La polémica saltó por una entrevista al President Aragonès, anoche en TV3. El dirigente de Esquerra habló de “oportunidad histórica” del independentismo, e insistió en la necesidad del diálogo para alcanzar los objetivos. “Los que compartimos objetivos tenemos que encontrar la manera de hacerlo en una mesa que no es entre partidos sino entre gobiernos”.

De esta manera, los republicanos quieren capitalizar el éxito del nuevo escenario político abierto con las negociaciones por la investidura en Madrid. Aragonès aprovecha la ventaja del cargo de President para subordinar a Junts a su estrategia. Algo ha abierto nuevamente la herida entre ambos partidos.

Junts responde

Junts rechaza la estrategia del diálogo de Esquerra y va más allá, asegurando que la suya es la fórmula acertada. Los postconvergentes aprovechan para reivindicar su pacto con el PSOE, que incluye una negociación bilateral con verificación internacional. Para Junts, el Gobierno español le ha estado tomando el pelo a ERC durante todo este tiempo.

Su intención es clara, y es promocionar el liderazgo de Carles Puigdemont en una nueva etapa para el independentismo. Una nueva etapa que debe superar la sumisión de ERC al PSOE, simbolizada en la estéril mesa de diálogo. Ahora unos se acusan a otros, en una nueva pelea de los partidos procesistas.

Acusaciones cruzadas

Los republicanos acusan a Junts de mentir cuando dicen que fueron vetados en la mesa de diálogo. Y recuerdan que cuatro de sus diputados en Madrid se escindieron por desacuerdo con la estrategia de la confrontación de Laura Borràs. Es decir, culpan a los de Puigdemont de la ruptura de la unidad del independentismo.

Por su parte, los de Junts acusan a Pere Aragonès de aprovechar para abrir la puerta “ahora que nadie recuerda la mesa de diálogo”. Y le preguntan irónicamente qué ha pasado con el acuerdo de claridad. La prensa afín a Waterloo echa un cable a Puigdemont diciendo que Aragonès le llama a la mesa, pero este “ya la tiene parada”.

Para muchos independentistas, este es solo un capítulo más de la vergonozosa rendición de los partidos y sus líderes. Junts se ha sumado al bloque de los "botiflers", hasta ahora reservado a ERC. Puigdemont, figura hasta ahora intocable, está ya al mismo nivel que Aragonès, y el independentismo busca nuevos liderazgos.

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