Fotomontaje con un fondo del Parlament de Cataluña y una imagen al frente de una persona votando
POLÍTICA

No solo es el fin del Procés, también de la influencia del 15M

Las elecciones del pasado domingo reflejan el inicio de un cambio social que solo acaba de empezar

Cada día que pasa, se hace más evidente que las elecciones del pasado 12 de mayo marcarán un antes y un después en Cataluña. Nunca antes la derecha constitucionalista había sumado 26 diputados, ni el procesismo se había quedado con tan solo 59. Menos aún había entrado un partido como Aliança Catalana, con la censura de los medios públicos.

Lo veníamos diciendo en este periódico: habría sorpresas y así ha sido. Lo que pasó el domingo en las urnas certifica dos muertes: la del Procés y la del 15-M como ideología predominante. Vayamos por partes

Adiós al Procés tal y como lo conocíamos

Las elecciones generales ya dejaron a los partidos procesistas muy tocados. Solo las ansias de Pedro Sánchez situaron a ERC y a Junts en el centro del tablero y ni con estas han logrado ganar las catalanas. El votante indepe sigue existiendo, lo resumió muy bien Albiol, sin embargo, el Procés ha muerto.

Plano general de todos los candidatos a las elecciones catalanas, de pie, y al centro Ariadna Oltra

Y, por extensión, a los líderes del uno de octubre les quedan cuatro días. Junqueras quiere apurar sus opciones, pero la militancia de Esquerra no parece dispuesta a darle otra oportunidad. A Puigdemont se le acaba el tiempo, ya que Salvador Illa parece tener cada día más opciones de ser president.

Es el fin de una época, se acaba una etapa que empezó en 2010. No muere el votante independentista, que sigue siendo importante, lo que sucede es que ya no basta con la estelada, ya no cuela que lo volverán a hacer. Es en este contexto que se debe entender el resultado más agrio que dulce de Puigdemont y un abstencionismo indepe que se está haciendo crónico.

Y no solo eso, también la irrupción de Orriols y Aliança Catalana, que han entendido que el Procés se acababa y que la ideología volvía a ser importante, más en otro contexto de crisis.

Se acaba la influencia del 15-M

Esta es la otra derivada de lo votado: la izquierda más woke recula. No es una novedad, hace años que ya sucede en Europa y, como explicaba Alejandro Fernández, todo lo que sucede más allá de los Pirineos llega 10 años después aquí. Y antes de hacerse ver en el Estado, tenemos noticias en Cataluña.

Carles Riera de la CUP interviniendo en el Parlament con otros diputados de la CUP por detrás mostrando una bandera estelada y otra de Palestina

Durante más de una década, la sociedad catalana viró a la izquierda más progre, la más guay. Ni el PSC se salvó,que pasó a ser irrelevante, y la moda eran los Comuns y la CUP. Hasta Esquerra se apuntó a esta ola y fueron los primeros en hacer de lo anecdótico la bandera.

El resultado electoral deja claro que los votantes no secundan las políticas de Esquerra, que se ha pasado toda la campaña sacando pecho de su obra de gobierno. Los dos otros partidos que han perdido votos y escaños son los Comuns y la CUP, formaciones influyentes durante la última década en el Parlament.

Entre ERC, la marca catalana de Sumar y los anticapitalistas sumaban 50 escaños hasta esta semana. Ahora la cifra es de 30 diputados, un dato que deja claro la desafección de la ciudadanía con las propuestas a la izquierda de la izquierda. 

El 15-M surgió como respuesta a la crisis económica de 2008 y fue el germen de Podemos y Sumar. Permitió a la CUP llegar al Parlament y fue clave para que el Procés tuviera un marcado perfil de izquierdas. Más de 10 años después, estos actores forman parte del sistema, se han institucionalizado, las desigualdades se han hecho más grandes y los problemas siguen allí. Y no solo eso, esta izquierda a la izquierda del PSOE ha decidido hacer bandera de lo anecdótico y alejarse de la sociedad.

Son los mismos que se preguntan por qué la gente joven es de derechas y culpan a tiktok. Que no entienden como Aliança Catalana ha sacado 118.000 votos sin dinero, campaña y sin ser presente en los principales medios. Es más, como no lo comprenden, culpan a los otros y son incapaces de ver que ellos son los responsables de lo sucedido.

Cataluña constató el pasado domingo el inicio de una nueva etapa y tiene toda la pinta que esto es solo el inicio de un cambio más profundo.

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