El mundo paralelo del procesismo: pierden un millón de votos y lo celebran
Muchos se preguntan qué tiene que pasar para que ERC y Junts asuman algún fracaso sin hacer matices
El procesismo agoniza hasta en sus celebraciones. Con casi un millón de votos menos y pérdidas del 10,6% (Junts) y el 6,4% (ERC), ambos partidos aplauden el resultado de las elecciones europeas. Tanto Diana Riba como Toni Comín salieron a reivindicar lo que objetivamente es un fracaso.
Ausencia de autocrítica
En cinco años, Junts ha perdido 550.000 votos y, en las pasadas elecciones autonómicas, el PSC les ganó la partida con solvencia. Con todo ello, Toni Comín reivindicaba ayer que son “la segunda fuerza política en Cataluña con todos los factores en contra, entre ellos el hecho de haber hecho campaña desde el exilio”. Llamativo cuanto menos porque precisamente el “exilio” ha sido el reclamo electoral de Junts durante los últimos meses:
El caso de ERC es similar. Los republicanos también han bajado bastante (casi 373.000 votos menos), pero no tanto como Junts. En el caso de los republicanos, pero, está el factor distorsionador de que iban en coalición con dos marcas electorales que ahora cotizan al alza: el BNG y Bildu. Aun así, esto no ha sido obstáculo para que la cabeza de lista de los republicanos, Diana Riba, dijera que “la ciudadanía nos ve como una herramienta útil”:
Las redes, incrédulas
Es de destacar la completa separación que hay entre este discurso y lo que opinan los usuarios en redes sociales. Con centeneras de comentarios reaccionando a ambas publicaciones, los usuarios se muestran incrédulos ante el análisis que hacen desde ERC y Junts. “Vuestra desconexión con la realidad es total”, “Habéis perdido centenares de miles de votos y no haréis autocrítica” o “No me vengáis con el vaso medio lleno cuando está medio vacío”.
Este relato de urgencia de Junts y ERC tiene su eco en la prensa procesista. Hoy, los principales medios catalanes se rasgan las vestiduras por el ascenso de la “extrema derecha” y la segunda caída del procesismo. Por lo demás, no acuden a las raíces de ninguno de estos dos fenómenos políticos.
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