Montaje con personaje
POLÍTICA

Mofa en las redes por el detalle que se pintó en las uñas un diputado de ERC

Juli Fernández ha utilizado esa parte del cuerpo como un elemento más de reivindicación

La primera sesión de la decimoquinta legislatura en el Parlament de Catalunya dio lugar a muchas anécdotas, algunas de las cuales lamentablemente ya no sorprenden. Hace tiempo que ya no se guarda la solemnidad y el decoro acordes a una institución milenaria como el Parlament. Algunos diputados lo utilizan como un teatro para lanzar sus reivindicaciones, como ocurrió ayer en una imagen que ha dado mucho que hablar.

El protagonista fue Juli Fernández, el diputado de ERC conocido por su afición a pintarse las uñas. Durante la votación del presidente del parlament, las cámaras captaron las uñas del diputado pintadas de amarillo y luciendo un símbolo con una carga reivindicativa: una W de Wagensberg, el diputado republicano huido a Suiza cuyo voto fue delegado pese a las advertencias del Tribunal Constitucional.

Plano de detalle de unas uñas

Sus compañeros de partidos compartieron la imagen orgullosos del mensaje reivindicativo que el diputado lució en sus uñas. Algo que generó debate también en las redes, ya que muchos lo ven como algo inapropiado en un lugar, el Parlament, que exige algo más de seriedad. Lamentablemente no fue el único detalle histriónico, aunque lo peor volvió a ser la torticera utilización de la institución por parte del procesismo.

“Nadie se atreve a decirlo, pero es lamentable”, reza uno de los comentarios a la publicación en X. “Uoh, qué radicales, ahora sí que van en serio”, dice otro mofándose de la imagen, mientras que otro desliza que “es patético como las uñas”. Hay quien adjunta la imagen de los resultados electorales de la noche, donde ERC perdió 372.792 votos, con el mensaje "no aprendéis, no dáis para más".

Aunque el mensaje más significativo probablemente sea el que recuerda que Wagensberg “está de baja laboral y viviendo en Suiza con nuestro dinero”.

El Parlament convertido en un circo

Hace tiempo que los diputados han perdido el respeto a la institución, aunque nunca deja de sorprender hasta qué punto. Una vez más, el procesismo volvió a utilizar el Parlament a su antojo para sus intereses. Un buen ejemplo fue la larga y tediosa perorata de Agustí Colomines, el presidente de la mesa de edad, que utilizó el discurso de apertura de la sesión para atacar a los jueces y agitar el victimismo nacionalista contra España.

Agustí Colomines, de Junts, ejerció la presidencia de la mesa de edad por el único mérito de ser el diputado de más edad de la cámara. Aun así, utilizó ese privilegio para soltar una soflama nacionalista, y lo que es peor, para admitir a trámite la delegación del voto de los diputados fugados contra las indicaciones del TC. 

A su lado se sentaba Mar Besses, la diputada más joven de la cámara, luciendo una camiseta con el mensaje ‘Orgullo antifascista’. En el hemiciclo, el asiento de Puigdemont estaba decorado con un gran lazo amarillo como si no hubiera pasado el tiempo desde 2017. Detalles que demuestran que el proceso habrá terminado, pero el procesismo no.

➡️ Política

Más noticias: