Mireia Boya, de la CUP a hacer campaña en la guerra interna en ERC
Pere Aragonès la colocó en una dirección general de la Generalitat con un sueldo de 90.000 euros anuales
Mireia Boya forma parte del selecto grupo de excupaires que aprovecharon la debacle procesista para reubicarse en el gobierno de Pere Aragonès con sueldos astronómicos. Como Adam Majó, exconcejal de la CUP en Manresa a quien ERC recolocó en la Oficina per la Defensa dels Drets Civils y Polítics, en 2018, con un sueldo de 92.259 euros anuales. En el caso de Mireia Boya, encontró acomodo en 2022 como directora general de Calidad Ambiental y Cambio Climático de la Generalitat, con un sueldo que ronda también los 90 kilos anuales.
Mireia Boya ascendió en la jerarquía de la CUP al calor del procés, como uno de los elementos más radicales del independentismo catalán. En la guerra interna dentro la izquierda independentista, Mireia Boya se alineaba con el sector nacionalista frente a la facción socialista de Endavant. Años después se encuentra metida en otra guerra interna, pero esta vez la de ERC.
La excupaire ha reaccionado esta semana a la entrevista de Oriol Junqueras en Catalunya Ràdio, con un mensaje crítico en X: "Ni una respuesta, varias mentiras, cero autocrítica. Hace falta renovación y generar ilusión, si queremos volverlo a hacer".
El mensaje casa con su reconocimiento público a Marta Rovira tras su renuncia oficial como secretaria general de ERC. Boya consideró a Rovira “un referente y una amiga”, y reivindicó que “hay otras formas de hacer política”.
De crítica con los pactos con el PSOE a ferviente rovirista
Mireia Boya se convirtió en su momento en uno de los referentes de la clase dirigente del Procés. Fundadora de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) en el Valle de Arán, fue elegida diputada en las elecciones al Parlament del 2015 por la candidatura de la CUP en la provincia de Lérida. Fue parte activa de los hechos de octubre de 2017, donde pudo demostrar su pedigrí independentista y antiespañolista.
Boya formó parte del momento de máximo auge de la CUP, en aquella legislatura donde los cupaires subieron de tres a diez diputados. Compartió elenco con dirigentes como Anna Gabriel, Antonio Baños, Eulàlia Reguant y Mireia Vegí. En 2018 entró en el Secretariado Nacional de la CUP, del que dimitió un año después tras denunciar el acoso de un compañero.
Aquellos años el independentismo vivió un proceso de fractura que se evidenció, por ejemplo, en el distanciamiento entre la CUP y ERC. Los cupaires, Mireia Boya entre ellos, denunciaron los pactos de ERC con el PSOE de Pedro Sánchez al considerar que con ello blanqueaba la represión. Pero en 2021 Pere Aragonès fue elegido presidente de la Generalitat, y tras la ruptura con Junts incorporó figuras procedentes de otros espacios que dieran pluralidad a su gobierno.
Una de ellas fue Mireia Boya, cuyo fichaje fue muy criticado por la CUP al considerarlo una opa hostil de ERC a su formación. Durante estos años, la excupaire ha roto definitivamente con su pasado para entregarse en cuerpo y alma a su nuevo partido, Esquerra. Ahora defiende a Marta Rovira, artífice de los acuerdos de gobierno de ERC con el PSC, cuando hace unos años criticaba los pactos con Pedro Sánchez.
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